Alfonso Bedoya, quien reside en la carrera Novena A número 47 -72 del barrio Calarcá de Ibagué, es la persona que más cuida una hermosa mata de auyama que nació en un daño de alcantarillado que existe en el sector.
Según el ciudadano, ninguna persona sembró la planta. Al parecer, en medio de tantos residuos que la gente depositó en el enorme hueco que había, llegaron semillas de la calabaza, como también es conocido el fruto.
La tarea de don Alfonso, es podar la mata y quitarle las hojas que van muriendo. Aunque todos los que transitan por la zona se detienen a observar la planta y las auyamas tan buenas que da a la comunidad, él dijo que “detrás se esconde la falta de compromiso del Ibal y de la Administración municipal”.
Red colapsada
“La mata es muy bonita y en realidad preferimos tenerla a observar el terrible hueco que había, de unos dos metros de fondo por tres de largo. La verdad es que el alcantarillado del sector está totalmente colapsado. Más arriba del daño, hay una fuga de agua limpia”, aseguró Alfonso Bedoya.
Según el afectado, desde que el daño apareció, hace tres años, han radicado escritos a la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado y aunque personal de la entidad ha ido a medir la calle y a tomar registro fotográfico, hasta el momento no han iniciado trabajos.
Los vecinos del sector esperan que en el mandato del alcalde Andrés Hurtado, estrenen vía, así tengan que decirle adiós a la mata de auyama, que tantos frutos les ha dado.
Dato
En el barrio Calarcá hay varios daños y vías en mal estado. Hace unos días, algunos residentes de este concurrido sector de la ciudad bloquearon la calle 44 con avenida Guabinal. La intención era exigirle al Ibal que le diera solución a un daño en el sistema de alcantarillado que los tenía cansados, pues las aguas negras se rebozaban por los sifones. La Empresa trabaja para darle solución a la problemática.
Según las directivas del Ibal, cerca del 60 por ciento de la red de alcantarillado de la ciudad está colapsada.