El artesano de La Chamba Idelfonso Avilés, don Pacho, recordado como el Titán Caracol 2019, dio a conocer varias inquietudes que le preocupan en torno al centro artesanal del Guamo.
En diálogo con Q’HUBO, el líder indicó que hace varios años se venció la licencia de las dos hectáreas de la mina de donde los artesanos sacan el barrio liso.
“En la vereda tenemos dos minas. Una de donde sacamos el barro arenoso y otra de donde sacamos el barro liso. En 2018 se venció la licencia para extraer el barro liso. Hasta ese momento, Artesanías de Colombia se encargaba de pagar el título minero, pero ahora ninguna entidad está al frente del tema”, dijo.
El reconocido artesano expresó que le preocupa varias cosas, una de ellas es que cualquier empresa o entidad pueda comprar el título.
“Hace meses, nos dijeron que la Gobernación se haría cargo del tema, pero no han socializado nada del tema. Los artesanos solo tienen dos hectáreas de la mina mientras que 198 son predios privados que se usan para cultivos”.
Confesó que le ha propuesto a las entidades gubernamentales que compren más terreno para que los artesanos puedan extraer más barro liso, pero ninguna le ha prestado atención.
“Como a veces no es tan fácil sacar el barro, los artesanos en las noches se meten a predios privados a sacar el insumo y eso ha traído problemas. Sigo pensando que falta potencializar las artesanías y el proceso de fabricación. Todos sacan pecho con La Chamba, pero en realidad trabajamos con las uñas”, expresó.
¿Se acabarán?
Otro punto que le da vueltas en la cabeza a este ciudadano amante de las tradiciones de su tierra, es que hoy unos 200 artesanos de La Chamba tienen más de 50 años. Apenas unos siete jóvenes trabajan el barro.
“Hay que tecnificar la producción de artesanías. Los artesanos trabajan en sus viviendas, en el piso y eso a los jóvenes no les gusta. Si seguimos así, la tradición se acabará. En unos 30 años no habrán artesanos”.
El colegio sin internet
Don Pacho comentó también que el colegio de la vereda no tiene instructor de artesanía y tampoco cuenta con servicio de internet. “En el año 2021 iban a instalar una antena de Tigo, pero la obra no se llevó a cabo. En la vereda solo entra señal de Claro, pero el servicio no es bueno. Por ejemplo, yo vendo mis artesanías a través de redes sociales, pero es complicado. Una foto o un mensaje se demora tiempo cargando. Si queremos tener internet en el celular, cada artesano debe pagar su plan de datos”.