Empresaria secuestrada por delincuencia común habló con Q’HUBO de su difícil experiencia

Nataly Vanesa Medina Giraldo, la empresaria ibaguereña dueña de Cejas Turquesa, quien fue víctima de secuestro el 18 de marzo de este año, habló con Q’HUBO acerca de la difícil experiencia que vivió. 

La joven contó que el día de los hechos fue abordada por dos sujetos que le golpearon la ventana de su carro en la calle 69 con avenida Guabinal. Pensó que se trataba de un hurto, así que bajó el vidrio para entregarles el bolso, pero un sujeto abrió la puerta, dos se subieron al automotor y la quitaron a ella del volante.

“Lo primero que pensé es que se trataba de un paseo millonario, que me iban a llevar a un cajero. Cuando voy saliendo de la ciudad me dicen que tengo que colaborar y empieza todo este drama que duró dos días”, dijo Nataly.

Según la joven, durante el primer día no tuvo comunicación con su familia. El segundo día sus captores interesados en pedir el dinero del rescate, les exigieron el pago de 250 millones de pesos. Nataly agradece a Dios que sus allegados, pese a las amenazas, pusieron el caso en conocimiento del Gaula de la Policía. “Es lo mejor que puede hacer la familia, ponerlo en conocimiento de las autoridades”.

“Fui trasladada la primera noche hacia Mariquita, luego transportada en dos vehículos hasta Medellín y en la noche fui rescatada por el Gaula de la Policía en una vereda de Sopetrán, (Antioquia). Destaco la excelencia del Gaula, porque al ser trasladada a un lugar tan lejano, fui rescatada gracias a ellos. Fue una operación perfecta”, reconoció la empresaria, cuyo carro no apareció. En La Dorada (Caldas) los captores realizaron varias transacciones y le desocuparon sus tarjetas débito y crédito.

Su rescate

Nataly fue intimidada todo el tiempo con arma de fuego y siempre la vigiló uno de sus secuestradores, de los cinco que componían el grupo de captores, en el que había dos mujeres. A ellas las reconoció, pues se habían hecho pasar como clientas en su local Cejas Turquesa, a donde fueron para hacerle seguimiento. 

Reveló que durante los dos días de secuestro no entró al baño porque la obligaban a tener la puerta abierta. No durmió, tampoco comió y tenía mucho temor por su vida.

En medio de la zozobra de no saber con certeza dónde estaba, la noche de su liberación, en la casa donde la tenían, se escucharon pasos. Así que su carcelero salió, pero antes le dijo: “Quédese quieta ya vengo, si pasa algo lo primero que hago es matarla”. Así que debido al temor que la embargaba se escondió debajo de la cama.

Luego de escuchar varias voces, escuchó una voz que decía ¡Policía! Tumbaron la puerta, luego gritaron su nombre, vio unas botas que relacionó con un uniformado y les indicó donde estaba escondida. Levantaron las tablas, la sacaron y le dijeron, según ella, la frase más hermosa que pudo escuchar: “Bienvenida a la libertad”.

Luego le pusieron un chaleco antibalas, la sacaron de la vivienda y la pusieron a salvo. Con la primera persona que habló fue con el general Fernando Murillo, comandante del Gaula Nacional, con quien estuvo en contacto todo el tiempo hasta llegar a Ibagué. El Oficial la tranquilizó y brindó todo su apoyo. 

Ya en Ibagué se reencontró con su mamá y tres hermanas, con quien estrechó ese vínculo familiar. “Es el abrazo más especial que le he dado a mi mamá en toda mi vida. Mi vida cambió, estoy feliz porque veo mi vida como un regalo, poder reírme, abrazar a mi mamá. Disfruto cada momento, todo mejoró, ahora vivo mi vida mucho más al mil por ciento y más con mi familia. Tengo muchos proyectos, Dios tiene una misión conmigo y quiero retribuirle a la vida, a Dios, porque estoy viva”, concluyó la joven. 

Trabajo articulado

El mayor Gabriel Niño, comandante del Gaula del Tolima, habló con Q’HUBO y recordó que el caso inició en un sector donde reportaron que unas personas se habían subido a un vehículo, lo que les permitió iniciar toda la investigación. 

“En coordinación con la Fiscalía, con el Gaula Antioquia y Gaula Medellín realizamos un seguimiento técnico con Medellín, que nos permitió identificar que la persona secuestrada y las implicadas en el hecho se habían desplazado a Antioquia. De esta forma logramos identificar con actividades técnicas el posible lugar de secuestro donde se efectuó el operativo de rescate de la señora Nataly, sana y salva”, dijo el Oficial. 

Destacó que desde el primer momento del rapto de la empresaria pasaron cerca de 30 horas sin dormir y fueron cerca de 60 personas del Gaula las que trabajaron en el caso, además de los uniformados de vigilancia. Las cámaras de seguridad fueron importantes y el personal de vigilancia identificó a unas personas sospechosas procedentes de Medellín, a quienes individualizaron.

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