Con su gol ante Uruguay, James Rodríguez se convirtió en el cuarto futbolista colombiano en marcarle a seis rivales diferentes en las Eliminatorias Sudamericanas.
EFE
El ambiente que había en Barranquilla, desde muy temprano, era impresionante. Desde hacía mucho rato no se vivía un juego de la Tricolor cómo este cotejo en el Metropolitano, en donde chocaba Colombia-Uruguay, en desarrollo de la tercera fecha de las Eliminatorias Sudamericanas con miras al Mundial de Estados Unidos, Canadá y México en 2026.
Más de 40 mil personas llegaron a alentar a los dirigidos por Néstor Lorenzo ante un rival duro y complicado como Uruguay.
El sol salió en todo su esplendor antes del juego, luego llovió un rato, después volvió el sol. La humedad era muy grande, una temperatura de locos, de verdad que sí.
James Rodríguez recibió la confianza del técnico y fue inicialista. Mucha gente lo pedía y Néstor Lorenzo le dio el visto bueno a la nueva Estrella del São Paulo.
Wílmar Barrios regresó a la titular y muchos cartageneros hacían fuerza desde el estadio para que a este hijo de La Candelaria le fuera bien.
El estadio se pintó de amarillo azul y rojo, con muchas banderas colombianas en las tribunas y un alto poder de energía positiva.
Lea también: Trágico desenlace: hombre de 38 años fallece tras accidente en la avenida
Colombia hizo un par de escaramuzas con Luis Díaz, la figura del Liverpool, y el público se alegró muchísimo. James hizo dos buenos gestos técnicos y eso ilusionó a miles en las graderías.
Sin embargo, Uruguay estaba bien parado, con mucho orden, copando los espacios y estaba atento para aprovechar cualquier papaya de los colombianos para irse arriba en la pizarra.
Uruguay mejoró en su accionar y lució mejor en varios pasajes de los primeros 45 minutos. Se le veía más compacto, más entero, mejor físicamente.
Colombia bajó su producción, jugaba en cámara lenta, lo que hacía presagiar algo no muy bueno jugados los primeros 35 minutos.
La afición comenzaba a temer lo peor, pero apareció James Rodríguez, quien a los 37 minutos sacó un potente remate para dejar sin chance al meta uruguayo. Golazo.
Y la hinchada se paró de las gradas, abrazos iban y venían. Claro: su equipo se iba adelante cuando menos se lo esperaba. Así es el fútbol.
En el complemento, cuando la gente aún no se acababa de acomodar, Uruguay encontró el empate al minuto de juego, en un tiro de esquina, en su jugada clásica, de cabeza, marcó Olivera el 1-1. Silencio total en el Metropolitano.
Pero el estadio otra vez volvió a la vida, a los 49 minutos, con una jugada de Lucho Díaz y una terminación perfecta de Matheus Uribe, quien jugaba un mal partido, pero se vistió de goleador.
Era un partido raro, Uruguay se veía mejor en la cancha, pero Colombia era el que estaba arriba en el marcador y eso hacía felices a los aficionados.
Un par de postazos, uno de James y otro de Jhon Arias, emocionaron a los aficionados. Colombia parecía tomar el control del juego y tenía a Uruguay al borde del nocaut. La historia había cambiado.
Pero a los 87 minutos, Camilo Vargas derribó en el área a Darwin Núñez. Penal y expulsión para Vargas. Ingresó Álvaro Montero, cobró Darwin y gol de Uruguay. Fue el 2-2.
Salió del terreno Jhon Arias y Colombia quedó con 10 jugadores. Complicada la cosa, otra vez el estadio se puso en silencio y así esperaría el desenlace. El juego terminó 2-2. Colombia perdonó a Uruguay y por eso solo sumó un punto en casa.
MÁS NOTICIAS
Millonario robo: 25 millones de pesos desaparecieron de La Baranda
Joven tolimense se cae de una ‘mula’: familia necesita apoyo para la cirugía
Banda de ‘Los Tachuelos’ en la mira de las autoridades: atacaban en el sector de la variante
