En el corregimiento La Marina (Chaparral), hubo temor por la creciente del Ambeima. Foto: tomada de La Radio de mi Gente / Qhubo
REDACCIÓN Q’HUBO
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Chaparral y Rioblanco vivieron la horrible noche, luego de la alerta de una posible avalancha que amenazó con llevarse lo que se encontraba por su camino. Las crecientes dejaron a los habitantes de las zonas veredales de ambos municipios al sur del Tolima incomunicados.
En Rioblanco, según comunicado emitido por la Alcaldía, los ríos Verde y Anamichú, a su paso por zona rural de la vereda Gaitán, sufrieron represamientos debido a la cantidad de lodo y palizadas. Esto generó una creciente que puso en riesgo a las familias campesinas que viven alrededor.
Fue necesario evacuar a los residentes de las veredas Alfonso Carrillo, El Tesoro de la Paz, La Albania, La Playa, Yarumales, Cauchos, Lejía, entre otras aledañas a los afluentes, debido a la creciente que, incluso, destruyó tres puentes ubicados en El Bosque los Cauchos y Río Verde, este último con pérdida total.
La Alcaldía de Rioblanco informó que al lugar se desplazó una comisión de las secretarías de Planeación y Desarrollo Económico, con el fin de realizar una inspección y ofrecer un balance total de pérdidas y, por ende, iniciar los respectivos planes de contingencia.
La administración municipal aclaró que no hay víctimas humanas por las crecientes, las lluvias continúan, lo que ha afectado el suministro de electricidad en la población y ha habido apoyo de Policía, Ejército y bomberos para apoyar esta emergencia.
En La Marina
La alerta en el corregimiento La Marina se conoció luego de imágenes enviadas por habitantes y una publicación en las redes sociales de la Alcaldía de Chaparral, la cual indicó que, “emitimos una alerta preventiva a los habitantes del corregimiento La Marina por posible avalancha del río Ambeima”.
En este centro poblado de Chaparral, el caudal arrastró piedras y ramas, lo que ocasionó palizadas que acabaron incluso, con ganado y muchos peces fueron hallados entre la hierba.
Según vecinos del lugar, sobre las 8:30 de la noche notaron cómo aumentaba la creciente del río, se escuchaba la fuerza de las aguas, algo que no habían visto antes, y solamente fue hasta que amaneció, que llegó un poco de tranquilidad y se evidenciaron los estragos.
“La comunidad está tranquila, algunas fincas se vieron afectadas por temas de derrumbe. La creciente se llevó algunos pedazos de potreros y hay muchos barrancos alrededor del río. La población amanece bien”, informó a esta redacción, Julián Arenas.
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