¡El sexo puesto en bandeja de plata!

Tomada de internet

Norma Bejarano.
Psicóloga-Sexóloga
“Estamos más aburridos que nunca, con más sexo mecánico que buenos amantes”, trocito de un artículo publicado recientemente en un diario español. El texto hace alusión a varias investigaciones, entre esas la de la Antropóloga, Helen Fisher, sobre el desinterés que desde hace unos años se viene dando por parte de los jóvenes hacia el sexo, la citas, y otras relaciones. Y al efecto poco noble de la inmediatez sobre todo esto.

  1. ¡NO NOS ABURRIMOS DEL SEXO, SINO DE LAS MANERAS DE PRACTICARLO! Resulta paradójico que aunque ahora es más fácil acceder al sexo debido a la cantidad de ofertas a través de aplicaciones y demás, la gente sienta hastío de tanto contacto rápido, geolocalizado y ventajoso. Tenerlo todo puesto en bandeja de plata coarta los deseos; merma el esfuerzo que demandan la seducción y la conquista. Todo el bufé ofrecido dispersa la mente, corta el apetito (y la creatividad). Vivir el sexo en la era contrareloj; adicta a las metas y la acumulación, queriendo más en menos tiempo, deja efectos negativos, entre esos, insatisfacción; pues al sexo, que suele ser de corte lento, y que está para procurarnos momentos de relentización y disfrute, lo estamos acelerando también.
  2. ¡EL SEXO DE LA INMEDIATEZ! La gente piensa que el camino al sexo pausado, o lento, es cursi, una pérdida de tiempo. Y no es nada de eso. El sexo lento no es torpe o tonto. Y cuando la gente se lo posibilita saca de su mente la creencia extendida del “más es mejor”. “Hay que optimizar el tiempo”, nos dicen, cayendo muchos en la trampa, y por lo tanto, entre más desean todo, se van quedando sin nada, dando por “fracasada” la relación sexual. En un encuentro con los cinco sentidos, relajado, pausado, y sin prisas, hay deleite de las sensaciones. En el sexo hay que relativizar para poder seguir adelante y disfrutar.

3. ¡LEVANTAR EL PIE DEL ACELERADOR! En este mundo de la marcación rápida, de la comida rápida, de encuentros precipitados, de orgasmos y eyaculaciones por minuto ¿por qué no pensar en pisar un poco el freno? El sexo, o mejor, la interacción sexual, pide intentar una cosa a la vez, hacer las cosas con calma, calidad e incluso con cariño. Todo encuentro sexual requiere ese lado afectivo que no necesariamente implica tener una sociedad, pero sí, una ética, tratar bien al otro es base de las relaciones humanas. El periodista Carl Honoré, dice “la lentitud es un valor, la paciencia sigue siendo una virtud, y en un mundo adicto (al consumo) a la velocidad y la prisa, la lentitud es un superpoder”. Practicar sexo requiere querencia, simpatía, erotismo y tiempo.

4. ¡CAMBIAR LA MIRADA! Por Marcel Proust, se aprecia que “el único descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos”. Para él un viaje en tren era una experiencia erótica. Proust nos alienta la curiosidad por subirnos a ese tren, no a uno de alta velocidad sino al ferrocarril lento, que en su andar nos permite erotizar el recorrido. Tal vez esos jóvenes rebeldes no lo están contra el sexo sino contra lo urgente; lo mecánico de las relaciones ligeras, sin expectativas ni sensualidad. Cansados de esos modelos vacíos de encuentros donde el contacto es tan meramente físico que poco se ocupa del otro. Cambiar la mirada convida a un sexo erotizado que agradece la lentitud y lo amoroso. Invita a ser esos buenos amantes que se despreocupan del tiempo, de la productividad y que se permiten y permiten la hondura de las experiencias.

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