Redacción Q’hubo – qhuboibague@gmail.com
Q’HUBO visitó El Salado, uno de los sectores más tradicionales de Ibagué, fundado como una parroquia durante la época colonial que a finales del siglo 19 se convirtió en vereda, luego entre los años 1930 y 1945 pasó a ser corregimiento, después se volvió inspección y a mediados de los 60, finalmente se constituyó como un barrio especial que en la actualidad cuenta con enorme potencial turístico, comercial y urbanístico.
Historia
En lo que hoy se conoce como el barrio El Salado, inicialmente habitaron indígenas panches o Tolimas y también sirvió como entrada para las tropas del español Andrés López de Galarza durante la fundación de la ciudad. En ese mismo territorio, durante la época de la colonia existió una parroquia adscrita al territorio de San Bonifacio de Ibagué, en la cual sus pobladores subsistían gracias al cultivo de pancoger, a la cría de animales y a la minería artesanal.
A finales del siglo 19, la parroquia se acabó y sus terrenos pasaron a pertenecer a una hacienda de propiedad de Amador Rengifo, un hombre que había participado en las guerras federalistas, quien se encargó de construir un pequeño caserío en la ribera del río Alvarado en el que sus habitantes vivían en casas de bahareque y se dedicaban a cultivar caña de azúcar y al comercio de ganado.
El Salado era una vereda y en 1930 se convirtió en corregimiento, hasta el año 1945. Luego fue una inspección hasta el 11 de septiembre de 1964 cuando se volvió un barrio de la ciudad y en la década del 80, un acuerdo del Concejo Municipal de Ibagué lo declaró barrio especial y ‘Patrimonio turístico de la ciudad musical de Colombia’. Casi dos décadas después, en el 2009, otro acuerdo municipal lo institucionalizó como ‘Pueblito Tolimense’, con el objetivo de preservar su historia y patrimonio arquitectónico.
Con el tiempo el barrio El Salado se convirtió en un sector turístico al cual las familias ibaguereñas acudían los fines de semana a realizar paseos de olla a bordo de antiguos carros marca Ford Tres patadas, que años después fueron reemplazados por vehículos tipo berlina en los que solo era posible viajar si se alcanzaba a obtener un cupo debido a la poca oferta de transporte público que había.
Algunas versiones indican que el barrio debe su nombre a una laguna de agua salada que había en el sector, a la presencia de unas piedras saladas que lamía el ganado o al intercambio de sal que hacían los indígenas. Otros habitantes afirman que obedece a una quebrada llamada El Saladito, afluente ubicado en cercanías a la hacienda de Amador Rengifo y a la vía que conduce al corregimiento San Bernardo, el cual fue usado por el general Tulio Varón durante la Guerra de los Mil Días para abastecerse de agua junto a sus tropas luego de ser asediados durante casi un mes por el enemigo.
En 1954, el Concejo Municipal de Ibagué decidió cambiarle el nombre al barrio y lo llamaron Poblado el Jordán, pero los habitantes se opusieron y le dieron aviso al entonces gobernador de Antioquia, general Pioquinto Rengifo, quien era descendiente de Amador Rengifo, el propietario de las tierras donde se fundó El Salado. El general Rengifo acudió al llamado y evitó el cambio de nombre.
Dentro de los líderes comunitarios que más se han destacado por su gestión durante la existencia del Salado, hay que resaltar el trabajo del padre José Antonio Oviedo, uno de los precursores del barrio quien en 1964 logró, junto a la Gobernación del Tolima, que este sector se convirtiera en un barrio especial.
El padre Oviedo también promovió la construcción de la avenida que lleva su mismo nombre, época en la cual, recuerdan algunos habitantes, los hacía levantar a las cuatro de la mañana a trabajar en la obra, la cual pasa frente al cementerio donde reposan sus restos mortales.
Además de promover el crecimiento del barrio especial El Salado y convertirse en el primer presidente de la Junta de Acción Comunal, el padre Oviedo también fue protagonista durante la época de la violencia gracias a la mediación que ejerció entre liberales y conservadores después del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948.
Gestión comunitaria
Miguel Gordillo Hérnandez, habitante del Salado desde hace 40 años y actual presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio, en diálogo con Q’Hubo dio a conocer los proyectos que se han ejecutado en este sector de la comuna Siete, al tiempo que contó son las problemáticas que requieren solución de parte de la Administración Municipal.
1. Malla vial
La Gobernación del Tolima realizará una inversión de alrededor de $9 mil millones de pesos para recuperar 39 calles de la comuna Siete, varias de las cuales están en El Salado. Sin embargo, otras zonas también necesitan intervención debido a que la malla vial se encuentra en avanzado estado de deterioro.
2. Acueducto y alcantarillado
Los habitantes de este sector de la comuna Siete, entre los que se encuentran los residentes del Salado, padecen problemas con el suministro de agua, por lo que en marzo decidieron protestar bloqueando la carrera Quinta y la avenida Ambalá. A raíz de esto, el Ibal reactivó una antigua línea de conducción y la conectó a la red actual, por lo que ahora cuentan con el servicio de acueducto durante 16 horas diarias desde las 9 de la noche hasta las 5 de la mañana.
3. Seguridad
El abandono en el que se encuentra el antiguo cementerio facilita que algunos delincuentes de barrios aledaños ingresen a este lugar a consumir alucinógenos, hacer necesidades fisiológicas o esconderse para cometer hurtos. También se ha denunciado la presencia de algunas personas en este lugar con la intención de profanar tumbas para realizar rituales de satanismo y magia negra. A raíz de esto, los habitantes piden un mayor pie de fuerza en el barrio.
4. Conectividad
Los habitantes del Salado, el sector más importante de la comuna Siete, cuentan con varias rutas de transporte público que se desplazan hasta el oriente, centro y sur de la ciudad. También pueden acceder con facilidad a barrios vecinos como Modelia, Comfatolima, Oviedo, San Sebastián, Ceiba Norte, Portales del Norte, Calucaima, entre otros.
5. Escenarios
En el parque principal del Salado hay un polideportivo, un parque biosaludable y uno infantil, que a la fecha ya necesitan mantenimiento. También tienen un salón comunal y una biblioteca donde se llevan a cabo talleres de música, danza y lectura para niños y jóvenes. Asimismo, comparten el parque inaugurado hace ocho meses por la Alcaldía de Ibagué en el barrio Ceiba Norte.
6. Convivencia
La convivencia entre vecinos es buena, sin embargo, en ocasiones hay desacuerdos por mala disposición de basuras, residuos de animales o altos niveles de ruido; los cuales se solucionan de manera pacífica. También se registra consumo de drogas en espacios públicos, por lo que deben acudir al diálogo para pedirle a estas personas que se retiren a otros lugares.
7. Medio ambiente
Algunos vecinos sacan las basuras en horarios diferentes a los del carro recolector de Interaseo, por lo que los gallinazos y algunas mascotas generan regueros de residuos, generando malos olores y presencia de roedores, moscas y cucarachas. También los afecta la proliferación de zancudos, por lo que piden que la Secretaría de Salud retome las medidas de prevención y fumigación.
8. Actividad comercial
Este es el barrio más importante de la comuna Siete y cada fin de semana recibe la visita de miles de turistas locales y nacionales, por lo que allí se puede acceder a una variada oferta comercial compuesta por restaurantes, hoteles, balnearios, supermercados, almacenes de ropa y calzado, tiendas, panaderías, salones de belleza, compraventas, droguerías, una plaza de mercado, ferreterías, entidades bancarias, entre otros establecimientos.
Ficha técnica
Nombre: El Salado
Fundación: 1964
Comuna: Siete
Barrios aledaños: Comfatolima, Modelia, Oviedo, San Sebastián, Ceiba Norte, Chico
Estrato: Dos
Rutas de transporte: 11, 21, 22, 31, 50, 82, 90