El proceso de duelo es necesario vivirlo

Margarita maría Londoño qhuboibague@gmail.com 

Reacomodar las emociones después de la pérdida de un ser querido que ha fallecido o por finalización de una relación, no es algo tan sencillo como parece. Este proceso psicológico requiere la ejecución de los sentimientos desagradables presentes durante un periodo de tiempo. En realidad no se puede predecir cuánto tiempo va durar el duelo, lo cierto es que pasado de un año, si los síntomas de malestar siguen latentes, se puede convertir en un duelo patológico.

Los momentos duros que se experimentan en la pérdida generan demasiado dolor, porque al pasar de los días es necesario reorganizar la mente frente a la ausencia. Los psicólogos somos muy conscientes acerca del estado de vulnerabilidad de los pacientes que están en proceso de duelo, el pensamiento negativo y conducta desenfocada es tan evidente que si no se le pone la atención pertinente podrían llegar a situaciones como querer perder la vida; caer en el consumo de SPA, alcohol, promiscuidad, etcétera.

Tan solo el hecho de no volver a ver y compartir con quien hizo parte de la vida genera desconsuelo, tristeza, llanto y otras emociones del momento que debilitan la mente de las personas que enfrentan la pérdida. Para ser totalmente sincera, pretender olvidar lo sucedido es algo inaudito; sin embargo, con el tiempo y un buen trabajo en el proceso de duelo se puede aprender a vivir sin ese ser querido, pero no se puede pretender borrar de la maleta de recuerdos quien hizo parte de nuestro mundo.

Cada duelo es diferente dependiendo de la estructura mental que tiene cada persona, a esto se le suma las dependencias que existían con la persona que partió. Lo que afecta al doliente de forma profunda son aquellos apegos económicos y emocionales que le produjeron la dependencia, igualmente se ven involucrados otros factores de la personalidad que causan un bloqueo en sus funciones.

Obviamente, existe una gran diferencia entre un duelo por pérdida de fallecimiento y pérdida de la relación; en el primero, aquel que queda en este plano terrenal pierde la fuerza por completo y se le dificulta levantarse por sus propios medios y, en la segunda situación, pasa algo similar, pero puede presentarse sentimientos aún más desagradables.

Un verdadero trabajo de duelo se hace cuando se interiorizan y se exteriorizan varios aspectos, por lo tanto, es importante reconocer el dolor que se siente dándole un nuevo rumbo a los pensamientos y a la conducta sin dejar de dar espacio a las sensaciones desagradables, que son totalmente necesarias para ir poco a poco dando control a las emociones.

Las 5 etapas del duelo

1. ETAPA DE LA NEGACIÓN: Puede inicialmente amortiguar el golpe de la muerte de un ser querido y aplazar parte del dolor, pero esta etapa no puede ser indefinida porque en algún momento chocará con la realidad.

2. ETAPA DE LA IRA: Son característicos los sentimientos de rabia y resentimiento, así como la búsqueda de responsables o culpables. La ira aparece ante la frustración de que la muerte es irreversible, de que no hay solución posible y se puede proyectar esa rabia hacia el entorno, incluidas otras personas allegadas.

3. ETAPA DE LA NEGOCIACIÓN: En esta fase las personas fantasean con la idea de que se puede revertir o cambiar el hecho de la muerte. Es común preguntarse ¿qué habría pasado si…? o pensar en estrategias que habrían evitado el resultado final, como ¿y si hubiera hecho esto o lo otro?

4. ETAPA DE LA DEPRESIÓN: La tristeza profunda y la sensación de vacío son características de esta fase, cuyo nombre no se refiere a una depresión clínica, como un problema de salud mental, sino a un conjunto de emociones vinculadas a la tristeza naturales ante la pérdida de un ser querido.

5. ETAPA DE LA ACEPTACIÓN: Una vez aceptada la pérdida, las personas en duelo aprenden a convivir con su dolor emocional en un mundo en el que el ser querido ya no está. Con el tiempo recuperan su capacidad de experimentar alegría y placer.

Esto te ayudará a sobrellevar el duelo:

1-No te niegues a lo que sientes.

2-Habla del tema cuando sea necesario.

3-Conserva los recuerdos significativos.

4-Busca un apoyo con familia o amigos.

5-Ten paciencia con el proceso.

6-No seas duro contigo mismo.

7-Intenta mantener tu rutina diaria.

8-Aléjate del alcohol.

9-Perdónate los errores del pasado.

10-Permítete conocer personas y espacios nuevos.

11-No te encierres en los ¿por qué? Mejor descifra, ¿para qué?

12-No busques llenar el vacío con otra persona “cuidado con hacerle daño a gente inocente”.

13-Tómate el tiempo necesario de soledad, donde hagas un proceso de introspección.

14-Llora, cuando quieras, esto ayuda mucho.

15-No busques personas indolentes, insensibles y poco empáticas para desahogarte.

16-Experimenta un hobby en tu tiempo libre.

17-Reorganiza tu vida.

Margarita María Londoño. 

Psicóloga-Especialista.

Instagram: @margarita_psicologa86

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