IBAGUÉ. Los olores fétidos de las heces humanas, la espesa nube de humo provocada por los fumadores de marihuana, y la inseguridad del Parque Centenario se han convertido en el dolor de cabeza no sólo para los usuarios que dejan de visitar al lugar por desagrado, también para las autoridades que velan por el mantenimiento del lugar. Según la gerente de Infibagué, Adriana Magali Matíz, el sitio de esparcimiento presenta fallas como la ausencia de bebederos de agua para los usuarios, debido a la falta de sentido de pertenencia y conciencia ciudadana ya que “de las tres veces que se han instalado, igual número de ocasiones han sido hurtados”, expresó.
Y agregó que otras afectaciones que presenta la zona actualmente son “los juegos infantiles, porque aunque estos son arreglados constantemente, nuevamente son dañados por personas mal intencionadas e inescrupulosas que acuden al parque a realizar otras actividades, menos a divertirse sanamente”, indicó.
Por su parte, las autoridades del sector, especialmente la Policía de Turismo, realizan recorridos por el área para promover la seguridad, que a diario se ve vulnerada por los ‘amigos de lo ajeno’ que ahuyentan a los pocos visitantes que arriesgan el pellejo a la hora de sentarse a tomar aire en el famoso ‘Pulmón de Ibagué’.
Actualmente, el instituto de embellecimiento de la ciudad está elaborando dos proyectos para instalar iluminación desde el suelo hacia los árboles y mejorar la zona vegetal mediante la plantación de nuevas especies que mitiguen los deslizamientos de tierra que obstaculizan el espejo de agua.
