El ‘infierno’ del ‘hacker’ Sepúlveda en la cárcel de Picaleña

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IBAGUÉ. Ándrés Sepúlveda, ‘El Hacker’, condenado por las interceptaciones a los diálogos de paz en La Habana, habló en exclusiva con Q’HUBO sobre su vida en la cárcel y las condiciones precarias del lugar.

“Uno no piensa en la cárcel hasta que no le toca”, esta fue de las frases con las que el ‘Hacker’ contó su estadía en el Bloque Cinco del patio de alta seguridad, donde cumple la condenade 10 años de prisión por los delitos de concierto para delinquir, acceso abusivo a sistema informático, violación de datos personales agravado, uso de software malicioso y espionaje.

Sepúlveda habló por las condiciones de salud, comida, agua, higiene, su correspondencia, la rendición de su pena y, por supuesto, la seguridad.

“Estamos muy asustados porque encontraron un par de explosivos en el patio Uno de este bloque que queda al lado de donde recibimos visitas; no nos sentimos seguros en esta cárcel y supuestamente es el lugar más seguro en el cual podemos estar”, dijo.

De igual manera señaló que, “aquí todas las medidas que tienen son represivas, no sentimos literalmente encerrados en el infierno. En el tema de seguridad siempre vamos a estar expuestos, en mi caso personal tengo a una persona aquí, que es alias ‘Caracho’, quien en La Picota me intentó matar tres veces”, indicó Sepúlveda.

El deseo es que su tema de redención sea tenido en cuenta por parte del Centro Penitenciario y del Juez de Ejecución de Penas y Medidas. Entre los proyectos que tiene sobresale “utilizar perros abandonados en la calle para que los internos los entrenen y los entreguen a personas discapacitadas, pero todo esto es muy difícil, no se imagina el exceso de burocracia que hay aquí”.

Según Sepúlveda es algo estrictamente técnico, que haría en corto tiempo, pero ve el problema de negocio de las llamadas en la cárcel. “Esa resocialización se basa en estar sentados todo el día, estamos pidiendo: “Déjenos hacer algo”, nunca hay respuesta y estamos proponiendo algo a otro nivel”, dijo.

 

SALUD y COMIDA. Andrés sufre de un dolor crónico en la espalda, y sólo le dan medicamentos para controlar su afección. “Desde que llegué he perdido ocho kilos y nos dicen que debemos ser agradecidos por comer, pero prefiero no comer, a comer lo que me dan.

 

AGUA E HIGIENE. “El agua no es potable, todos los días llega un carrotanque, nos llenan un balde”. Con dicha agua deben bañarse y usarla para la taza del baño. “El olor a orines y materia fecal es insoportable. El problema es de los cuatro patios donde estamos 22 personas”, Sepúlveda.

 

SEGURIDAD. “Cerca del bloque donde estamos nosotros encontraron las barras de pentolita, el sitio exacto es enseguida donde recibimos la visita. Después de eso nos aumentaron la seguridad, hicieron operativos. Temo por mi vida.

 

CORRESPONDENCIA. “En cuatro meses he recibido solo dos veces correspondencia, de las cuatro que me han enviado. Se demora 20 días en entregarla, pero cuando lo hacen ya la han abierto y está desorganizada. La pueden abrir delante de uno, no así”, dijo el ‘Hacker’.

 

REDENCIÓN DE PENAS. “Nosotros mismos presentamos los proyectos a la dirección, para dignificar las comunicaciones de los internos y otros adicionales enfocados con la Fiscalía, y quiero hablar con el Juez de Ejecución de Penas para mostrarle lo que quiero hacer para redimir la pena”.

 

REPRESALIAS. Andrés es conciente que a raíz de esta entrevista puede ser objeto de represalias como que lo aislen en una celda oscura.

 

CON EL INPEC. Sepúlveda enfatizó que todo va dirigido es a la dirección general del Inpec y el Coiba, y no corresponde al trato con los guardias que lo vigilan.

 

 

 

Respuesta:

 

El coronel en retiro Jairo Enrique Páez Durán, director del Coiba refirió a Q´HUBO que el tema de la prestación del servicio de salud, “es una problemática de todos los establecimientos, del prestador que ahora es la Fiduprevisora y están en un nuevo modelo de atención y hay posiblemente varias demandas; no es un tema que maneje el Inpec, porque el que contrata es Auspec”, dijo.

En cuanto al agua señaló: “Ibagué tiene deficiencias en el tema del agua y lo que corresponde al Ibal nos da la prioridad para suministrarla.

Corresponde a la infraestructura y se está desarrollando un proyecto desde enero que permite mitigar el abastecimiento a todos los bloques. De eso hace seguimiento La Procuraduría”, enfatizó.

En cuanto a la correspondencia, el director destacó que el Coiba tiene una población de cinco mil 400 internos, les permiten tener dos fotos a cada interno y “las remesas toca revisarlas y verificarlas a efectos de que no ingresen elementos no autorizados”

En cuanto a los explosivos hallados señaló que la investigación está en la Fiscalía y no indicó de cerca de qué tipo de internos estaban cerca de los mismos.

Por último en cuanto a la redención de las penas, contó que para cumplirlas deben pasar varias etapas, y se hacen juntas disciplinarias para adquirir el beneficio.

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