Entre las montañas y quebradas del cañón del Combeima, está El Gallo, una de las 10 veredas del corregimiento Cay. Se trata de un territorio cuya ubicación geográfica y atractivos turísticos lo convierten durante los fines de semana en destino obligado para cientos de ciclistas que usan la vía terciaria como ruta o para personas que buscan encontrarse con la naturaleza, disfrutar de aguas cristalinas y apreciar la espectacular vista que ofrece el lugar.
La vereda
Según familiares de los primeros pobladores, la fundación de la vereda se dio en un contexto histórico marcado por la violencia bipartidista y la migración hacia el Tolima de aparceros de Boyacá y Cundinamarca, que buscaban oportunidades de crecimiento económico a través de la agricultura y la minería.
Fue así como en la década de los años 60 llegaron a Ibagué a trabajar en predios que en aquel entonces eran grandes extensiones de tierra. Inicialmente lo hicieron bajo la modalidad de aparcería y de manera paulatina compraron y parcelaron los predios hasta convertirlos en fincas.
La vereda actualmente está conformada por 157 habitantes, que componen a su vez, 39 hogares y en su gran mayoría pertenecen a dos de las familias fundadoras: los Vargas y los Bocanegra. Allí la población predominante es adulta y las viviendas cuentan con servicios de energía y acueducto, este último es comunitario y genera un pequeño cobro mensual a cada usuario.
La economía
La población adulta, hombres y mujeres, se dedican a la agricultura y a la atención del hogar y obtienen el sustento de la principal actividad económica de la vereda: el cultivo de café y los cultivos transitorios y de pancoger (plátano, yuca, banano, etcétera.)
La cosecha de café es cada año, entre marzo y mayo, el resto del tiempo se recolectan pequeñas cantidades del grano durante la mitaca, nombre que los agricultores le asignan a la época de baja producción. Este cultivo, por ser el de mayor relevancia en la región, es la principal fuente de ingresos de las familias de la zona, tanto para quienes producen como para aquellos que venden su fuerza de trabajo durante la recolección.
Los productos agropecuarios que salen de la vereda, como el café, son transportados en vehículos tipo campero por un trayecto de vía terciaria hasta Chapetón y de allí, el mismo carro sigue su recorrido por la carretera pavimentada hasta el casco urbano, donde finalmente se comercializan en las plazas de mercado.
En la actualidad, los altos precios del grano han contribuido a mejorar la calidad de vida de los habitantes del Gallo, en la medida en que, primero, pueden cubrir la estructura de costos que implica el cultivo de café y segundo, obtienen utilidades.
El turismo
En Ibagué cientos de ciclistas incluyen dentro de sus rutas favoritas la que conduce a la vereda El Gallo, esto debido al nivel de dificultad, a los bellos paisajes que se pueden apreciar durante el trayecto y a la amabilidad de la gente que los acoge cada fin de semana.
De igual forma, muchos ibaguereños que conocieron la vereda por primera vez se enamoraron de la hermosa vista que la montaña ofrece y ahora la frecuentan cada vez que desean establecer contacto con la naturaleza o disfrutar de un baño de agua fría en la quebrada.
Para quienes no conocen, El Gallo ofrece varios atractivos como la biblioteca campesina, la quebrada La Calera, el camino del Quindío, sitios para acampar, exposición de hallazgos arqueológicos y la posibilidad de comprar en varias tiendas a lo largo del camino.
Ubicación
Hay varias formas de llegar hasta la vereda El Gallo. La primera es tomando el campero de servicio público que sale los sábados y domingos desde la plaza de la 14.
También se puede desplazar en un vehículo particular apto para este tipo de terrenos y tomar la vía hacia el cañón del Combeima, hasta el puente de Chapetón, donde hay que desviarse a la izquierda y subir en un recorrido de aproximadamente 30 minutos.
Igualmente, es posible ir en bicicleta, o si lo prefiere y cuenta con buen estado físico, puede hacerlo caminando desde muy temprano para que disfrute del sol mañanero y de una privilegiada vista del Nevado del Tolima. En cualquiera de los casos deberá ir preparado y llevar agua, bloqueador solar y la mejor disposición para pasar un fin de semana inolvidable.