El desastre pudo ser peor

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CAJAMARCA. Tres vehículos descendieron cerca de 300 metros por una pendiente y fueron a parar al río Bermellón, que cruza por un costado de Cajamarca, luego de ser arrasados por una avalancha de piedras y lodo que atemorizó a las personas que conducían entre la ‘Despensa Agrícola’ y el municipio de Calarcá, Quindío. Por fortuna no hubo víctimas mortales y los organismos de socorro evacuaron a los perjudicados.

Apoyo oficial. Cajamarca sintió la inclemencia de uno de los inviernos más fuertes que ha vivido el País y el Departamento en los últimos años, pues un aguacero que se prolongó por más de una hora, ocasionó la creciente y desbordamiento del canal hídrico Perales, situado a unos 50 metros adelante del peaje, el cual impidió el paso a transportadores de carga pesada que esperaron durante horas que habilitaran la carretera.
Los afectados por la emergencia reconocieron el valor de Christian Alberto González, comandante de la Policía de Cajamarca, que arriesgó su integridad física para auxiliar a un grupo de personas ‘embotellado’ en la vía.
González junto al patrullero Jorge Armando Acelas se desplazaron del corregimiento de Anaime, que esa misma noche estuvo en alerta amarilla por la creciente del río (ver recuadro), al sitio de la creciente.
El par de uniformados en medio del agua invitaron a los ocupantes de los vehículos a regresar a Cajamarca y salvaguardarse del invierno, para evitar contratiempos en el ascenso a la línea mientras aguardaban la llegada de la Defensa Civil y la Cruz Roja, que participó con el presidente de la seccional Tolima, Harol Trujillo, y cinco voluntarios.
En medio del desplazamiento, conductores y autoridades escucharon estruendos en la parte alta de la montaña y en cuestión de segundos descendieron enormes piedras y lodo.
La avalancha se llevó por delante a tres carros de carga pesada, que rodaron por una pendiente y fueron a parar al río Bermellón, y varios rodantes más resultaron afectados por los escombros.
“Nos cubrimos detrás de un tractocamión hasta que se fue por el barranco, ahí decidimos huir junto a ocho personas en el sentido a Calarcá”, agregó el uniformado.
Los sobrevivientes ascendieron un kilómetro y medio hasta encontrarse con un grupo más grande, pero quedaron atrapados entre dos derrumbes de rocas en la oscuridad y el frío de la noche.
“Esperamos a que cesara uno de los deslizamientos y en compañía de 40 personas utilizamos linternas y lo que teníamos a mano para subir a una montaña y salir por un viaducto”, agregó el hombre.
Una vez a salvo, el teniente le entregó las coordenadas a las unidades de la Defensa Civil y Cruz Roja, quienes se encargaron de rescatar el resto del grupo.
Según las autoridades, las personas fueron conducidas al parque central de Cajamarca donde prepararon un centro de acopio para que pasaran la noche y ayer en la mañana la mayoría partió a sus respectivos destinos.

Los conductores. Jhon Jairo Ramírez se desplazaba desde Honda con destino a Armenia, pero según él por cosas del destino coincidió con la avalancha y agradeció a Dios no haber sufrido lesiones en medio de la emergencia.
“Pagué el peaje de ida y al pasar vi que se había desbordado la quebrada. Cuando empecé a subir la línea una turbo me invadió el carril, me estrelló y quedé en el sentido contrario”, señaló.
Ramírez espero al interior del rodante hasta que pasara la corriente, que lo arrastró 20 metros desde su posición inicial, y apenas tuvo la oportunidad descendió para buscar ayuda. El lodo le ocasionó serias afectaciones al vehículo que fue retirado ayer en horas de la mañana por una retroexcavadora.
Sobre los tres carros que cayeron al río se conoció que uno transportaba un rebaño de 70 chivos, los ocupantes resultaron ilesos, pero los animales no corrieron con la misma suerte, pues todos fallecieron y al parecer solo uno fue rescatado. Los otros dos automotores transportaban abono orgánico y frutas.
Al cierre de esta edición hubo un nuevo deslizamiento de tierra metros adelante de la avalancha, por lo que los organismos de socorro informaron que lo más probable era que abrieran vía hoy en el transcurso del día.

 

Anaime en riesgo latente

 

El lunes en la noche hubo una alerta amarilla por la creciente del río Anaime, que amenaza con perjudicar a varias viviendas construidas a un escasos metros del afluente.

Islena Ávila señaló que en los 40 años que lleva en su predio ha sobrevivido a dos avalanchas y aunque es consciente del riesgo al que está expuesta junto, no tiene otro lugar donde vivir.

“La avalancha de hace seis años fue dura porque se me entró el agua a toda la casa y salió a la carretera. La corriente se llevó unos cerdos y pollos que tenía en el solar, pero me pude sobreponer”, dijo.

Ella al igual que otras 300 familias le exigen a la Administración Municipal la construcción de un muro de contención para evitar un desastre en tiempos de invierno.

Por su parte el alcalde Pedro Marín señaló que hace 15 días radicó en Bogotá unos estudios para la construcción del muro y a través de la Gobernación pretende gestionar recursos para la ejecución del proyecto que costaría cinco mil 700 millones de pesos.

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