REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Alfonso Castillo Zorrilla es un caleño que hace un mes trabaja controlando la movilidad en la calle 59 con avenida Mirolindo, de Ibagué, frente a Almacafé. Q’HUBO dialogó con él y aquí está su historia.
Para empezar, se describe como un “salvavidas”. Más allá de recibir monedas, le preocupa mucho los problemas de movilidad que tienen las diferentes ciudades del país y las miles de vidas que los accidentes de tránsito se llevan cada año.
Su labor como “anti siniestro vial” la desempeña desde hace muchos años. Empezó en su ciudad natal y pasó a Bogotá y Soacha. Insiste en que con tanta experiencia, ya está graduado.
Es tal la destreza que tiene dando vía y parando vehículos, que le ha enseñado a varias personas, más que todo en Bogotá. Allá dejó a muchos amigos, varios de nacionalidad venezolana.
Asegura que donde ve que hace falta un semáforo, ahí se queda. “Soy un aventurero. Pasé en un bus de servicio interdepartamental por aquí y observé lo complicado que es cruzar la vía y me bajé. El día que instalen un semáforo aquí, ese día me voy para otro lugar”, dijo.
Recordó que así sucedió en Bogotá: “Trabajé en Ciudad Salitre, cuando los peatones pasaban por debajo del puente de Maloka. Controlé el tráfico hasta que las autoridades se dieron cuenta que era necesario un semáforo y lo instalaron”.
Refirió que está muy contento en Ibagué porque la gente es más amable que en las otras ciudades. “Me siento muy bien. La gente no es egoísta. La voy muy bien con la Policía, con los Agentes de Tránsito, con todo el mundo. Yo les digo a los ibaguereños: ‘ibaguebellos’. Ninguna persona me ha echado el carro encima, por el contrario, admiran lo que hago y son generosos”.
No le gusta la gorra
1.A Alfonso, ni el inclemente sol lo quita de la vía. Agrega que no le gusta mucho usar gorra porque le agrada que la gente lo tenga presente, le vea bien el rostro. “Siento que las gorras le quitan visibilidad a las personas; además, siento como si me estuviera escondiendo, así que prefiero que me vean. Aunque sí tengo ganas de comprarme un sombrero amplio, cómodo”.
2.Aprovechando el cariño que las personas le han demostrado, afirma que aquellos que tengan ropa que no usan en casa, se la pueden donar. No tiene celular, pero lo ubican en la calle 59 con avenida Mirolindo.
LA CIFRA
12 horas al día trabaja el hombre controlando la movilidad. Va de 7 de la mañana a 7 de la noche.