Don José no volverá a vender lotería porque murió arrollado por un camión

IBAGUÉ. Todos los días, José Antonio Acosta, cruzaba la carrera Quinta con calle 34 de Ibagué vendiendo lotería. Sin embargo, el sábado, su vida quedó en la vía cuando al cruzar la Avenida, lo estrelló un furgón de la empresa McCain.
Ese día a las 5:30 de la tarde, el rumor de que un carro había matado a don Antonio, el señor de la muleta que vendía lotería en Cádiz, llegó hasta el local de bizcochos ‘Pequitas’ en la plaza de mercado La 28 de la Capital del Tolima.

No se despidió. Inmediatamente, una mujer salió corriendo hasta el lugar del trágico accidente. Se trataba de Sandra Liliana Saavedra Acosta, sobrina de don Antonio quien no podía creer la noticia pues ese día su tío almorzó con ella y no dio señas de presentir su muerte.
“El que me dio la noticia fue otro lotero, pero no le creí. Yo tenía que verle la cara a la persona que estaba tirada en el piso para confirmar pero (…) cuando levanté la tela azul del rostro, me di cuenta que sí era mi tío”, le contó a Q’HUBO Sandra Lliliana en medio del llanto.
Según testigos, minutos antes del accidente, el hombre de 80 años de edad, había salido de Asotrauma de visitar a una amiga quien el lunes fue atropellada por una motocicleta.
“Yo lo ví pasar por acá y al momentico escuchamos tremendo totazo. Salimos a mirar y claro, estaba tirado a unos 30 metros de la frenada del vehículo. Tenía heridas en la cara y cintura. La enfermera de una ambulancia le tomó los signos vitales pero ya estaba muerto”, agregó la vendedora de una caseta del sector.

¿Cómo fue el accidente?
Aunque las autoridades investigan las causas del siniestro vial, según le contaron los testigos a los familiares de la víctima, que “mi tío habría cruzado hasta la mitad de la vía y supuestamente, le sacó la mano al camión en señal de pare, pero al parecer, el conductor venía a toda y no lo vio. El golpe fue tan duro que la parte delantera del vehículo quedó sumida y el parabrisas vencido”, añadió Saavedra Acosta.

¿Quién era la víctima? José Antonio Acosta era ibaguereño. En su juventud trabajó en un molino de arroz pero cuando se salió de la empresa, se dedicó a vender lotería y siguió cotizando al fondo de pensiones. En el año 1998 coronó su pensión sin embargo, siguió vendiendo sus billetes de lotería para ganar un dinero extra. Sus hermanas Mercedes Acosta Pinto y María Blanca Acosta Pinto, quienes viven en el barrio Departamental, lo recuerdan como una persona muy independiente, trabajadora y honesta. Paz en su tumba.

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