IBAGUÉ. Un matadero de pollos tiene cansada a la comunidad de la vereda Santa Teresa, de Ibagué, por los malos olores y los rastros de sangre que quedan la vía principal del caserío.
Desde hace varios años viene funcionando pero hace 15 días fue instalada una caldera de grandes dimensiones que también genera molestia por el ruido.
El presidente de la Junta de la vereda, Víctor Manuel Escobar Torres, manifestó que han pasado cartas a la Alcaldía, a la Secretaría de Salud Municipal, a la Personería, entre otras, por la contaminación que hay en la zona.
Además, a altas horas de la noche llegan camiones y personas para “la pela de pollos. Tenemos que vivir encerrados porque no aguantamos el olor y casi nos untamos de sangre de pollo”, dijo Escobar Torres.
A escasos metros se encuentra la escuela y varias viviendas que tienen que soportar los roedores y carroñeros por la descomposición.
“A menos de 15 días de instalada la caldera ya presentó una fuga de gas que generó alarma, también se incrementó el riesgo de contaminación de la quebrada”, dijo.
En la carta entregada a la Alcaldía, señalan que también los trabajadores consumen alucinógenos y realizan actividades íntimas en la vía pública.
El director de la Cortolima, Jorge Enrique Cardozo, indicó que entrarán a revisar el problema.