Denuncian que el padre de la iglesia del barrio Claret no deja poner arreglos en los cenizarios y osarios

Los osarios y cenizarios están ubicados a un lado de la parroquia. Foto: Hélmer Parra / El Nuevo Día / Q’hubo.

Visitar a sus seres queridos que ya partieron al otra mundo y arreglar los osarios y cenizarios en la iglesia del barrio Claret, los fines de semana, es parte de una tradición para varias familias católicas. Sin embargo, en la última visita que algunos hicieron el pasado fin de semana salieron inconformes de la casa de Dios, por una determinación que habría tomado el párroco: ya no podrán poner arreglos florales en las lápidas.

El inconformismo se dio luego de que ciudadanos arribaron a la iglesia para visitar los osarios. Uno de los ciudadanos, quien pidió la reserva de identidad, dijo que desde hace aproximados ocho años, reposan allí los restos de su padre y que en este tiempo, nunca había tenido un inconveniente por la decoración de la lápida. “El padre ordenó quitar los arreglos florales que cada familia había colocado en los espacios para los restos de sus seres queridos, espacios que fueron adquiridos por un costo de 400 mil pesos”, refirió la fuente.

El feligrés considera que la determinación del padre es una falta de respeto “porque esos arreglos les costó dinero a las familias y eran una manifestación de amor y remembranza por los familiares que han fallecido”.

¿Qué dice el padre?

Así permanecen actualmente los espacios donde reposan los restos. Foto: Suministrada.

Q’HUBO estuvo en la parroquia San Antonio María Claret y evidenció que ningún cenizario ni osario, tiene arreglos florales. Según el sacerdote Guiovanny Sandoval, el lugar está en un proceso de renovación y han realizado limpieza en las lápidas con el objetivo de que haya unidad y respeto de los protocolos de higiene y bioseguridad.

“Para evitar proliferación de zancudos y focos de infección, se ha hecho un trabajo de cuidado y embellecimiento de los osarios y cenizarios. Lo que hemos querido con el lugar es darle dignidad y decoro, porque estaba abandonado y la comunidad parroquial reconoce el cambio”, indicó el sacerdote.

No obstante, al indagar si las personas pueden llevar flores artificiales, Sanoval manifestó que algunos ciudadanos que habían puesto este tipo de arreglos las dejaban por mucho tiempo y se convertían en un foco de basura y contaminación. 

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