IBAGUÉ. Un incontenible deseo de estar al lado de su hija para compartir cada etapa de su vida, motivó a Alejandro Torres a dejar a un lado las armas y reintegrarse a la sociedad civil. En la actualidad es un exitoso empresario, pues se capacitó en el Sena y es dueño de una mueblería ubicada en la carrera Octava con calle 15, en la que deja volar su creatividad en el diseños de los productos y sus clientes reconocen la calidad de su trabajo.
Su historia. Alejandro recuerda que se ‘enlistó’ en un grupo del ELN en el barrio Cazucá de Bogotá, y reveló que desde los 13 años empezó a luchar por una revolución que hoy en día le parece ilógica.
El hombre estuvo en la ‘milicia’ cerca de siete años hasta que en el 2010 inició un proceso con la Agencia Colombiana para la Reintegración, ACR, a la que le agradece su éxito en el ámbito familiar y laboral.
“Lo que más pesa es la familia, en mi caso fue mi hija que en la actualidad tiene 10 años y junto a mi esposa son la razón de ser. En ese momento estaba muy asustado y llamé a la línea 123 para iniciar el proceso de reinserción”, indicó Alejandro.
Es de anotar que desde el 2008 que la ACR tiene presencia en el Tolima, unas mil 276 personas han pasado por el proceso de reinserción.
“La agencia tiene un beneficio de inserción económica. Ese capital se entrega en bienes y servicios teniendo en cuenta sus competencias en el proceso”, afirmó Andrés Fernández, asesor de corresponsabilidad de la ACR para el Tolima.
Fase productiva. Alejandro conocía sobre la fabricación de muebles, pero para acceder al beneficio se capacitó en el Sena e inició con su negocio productivo hace tres años y medio en un pequeño local con una “luz amarilla y una máquina antigua”, y el incentivo que recibió fue bajo la figura de fortalecimiento de negocio hace un año y medio.
Hoy reconoce que lo mejor que pudo hacer fue dejar el grupo al margen de la ley para dedicarse de lleno al negocio que lo apasiona y a su amorosa familia.
