Por cuenta de la pandemia, muchas personas que fallecieron en sus casas han sido cremadas sin darle la opción a sus familiares de una inhumación, una tradición funeraria más arraigada en los hogares colombianos. Sin embargo, desde el Comité Internacional de la Cruz Roja precisan que la decisión sobre el destino de los despojos de un ser querido recae directamente sobre sus allegados.
“Lo primero que hay que hacer es llamar a la Policía y ellos llamarán a los servidores de salud. Entre ellos van a establecer por qué la persona murió. Uno sospecha que es por covid – 19, pero no se sabe con seguridad, por lo que las autoridades tienen que responder y establecer la causa de la muerte”, explicó Derek Congram, coordinador forense del CICR en Colombia.
En los casos en los que las autoridades deciden la cremación, a los familiares se les permite acompañar la carroza fúnebre hasta la puerta del camposanto donde se realizará la cremación y no hay lugar a velación en sala de funeraria.
Este trámite lo hace directamente la funeraria y son quienes retiran el cuerpo previamente preparado por funcionarios de una EPS. Una vez se llevan el cuerpo a cremación, le advierten a los familiares que en unos 10 días hábiles se informará para recibir las cenizas.
“Según las orientaciones del Ministerio de Salud, es muy importante que todos los funcionarios a cargo del manejo de cadáveres estén en contacto activo con las familias para que ellas puedan participar en las decisiones sobre el destino final de sus seres queridos y sepan en cada paso dónde están”, concluye Congram.
