Recuerdo las charlas bohemias y antipáticas de algunos adeptos al rendimiento sexual, cuando en el corrillo masculino se comparaban en el tiempo de duración de la faena anterior. No faltaba el más que decía: “yo duré toda la noche” (la verdad es que duraba menos), pero con eso, una cerveza y un bizcocho dejaba “trasnochos” a los demás interlocutores.
Las comparaciones permanecen y los optimistas del sexo esperan que el aquello mínimo les dure 30 minutos, que es toda una vida si a sexo se refieren con la práctica del coito, enfáticamente el pene en la vagina. Expectativas injustas cuando la sexualidad tiene tanto y más de donde escoger para prologar y gozar, alejándose de las luengas escenas ‘pórnicas’.
¡No hay un número de la suerte!
Con fines prácticos y objetivos, los doctos y sus datos nos cuentan que un coito deseable está entre siete y 13 minutos. Uno adecuado de tres a siete minutos. Uno muy corto menos de dos minutos, y uno demasiado largo 30 minutos. Sin embargo, todo es relativo. Aunque pareciera sencillo, lo cierto es que no hay un número de la suerte que lo determine, pues aunque los estudios juiciosos sugieran tiempos de latencia intravaginal (pene en vagina), todo va en la idea que tiene cada sujeto y sujeta sobre lo que es un encuentro erótico.
Algunas personas acuden siempre al ‘rapidito’ ya que los oficios varios no les dan para más, otras lo extienden patrocinados por mente abierta y creatividad amatoria; algunos con algo corto quedan más felices que una pareja de lombrices, pero el otro tanto quedarán más aburridos que una semana sin carne, y así. La cuestión de cuánto debe durar un encuentro sexual es muy amplia, cuando las personas dicen que prefieren que el sexo dure 30 o 60 minutos, tal vez se refieren a que duren cinco minutos de penetración y 55 de juego para la degustación de todo el bufet. Lo que para uno puede ser mucho para el otro no, y eso si es un tema de buenos modales, charlas eróticas y consenso.
Modelo sexual de potencia (mal influencer)
Gracias a la influencia del modelo de la potencia sexual y de la idea de que la mujer tarda en llegar al orgasmo, es que un 20 a 30 por ciento de los hombres se preocupan por su pronta eyaculación o presentan insatisfacción con el tiempo de la misma. Pero realmente solo del 1 al 2% de hombres eyaculan muy rápido (para lo que hay solución).
Hay que erradicar la cantidad ingente de creencias como que encuentro sexual es solo el coito, que el mismo acaba con la eyaculación, o que el sexo dura lo que dure dura. Así no será necesaria una cifra a la que apuntarse para encajar en el top 10 de la resistencia erótica, sino que nos basaremos en lo que cada pareja considere disfrutable y satisfactorio.
No es tan difícil ser cuasi-científico en la propia habitación. Estas preguntas pueden orientarle la investigación de alcoba: ¿Es satisfactorio el sexo para cada uno? ¿Cada quien se siente satisfecho con el tiempo del encuentro? ¿Desean prolongar el placer pero no saben por dónde y cómo?, ¿Están insatisfechos con el tiempo de eyaculación y/o orgasmo de la pareja? ¿Su pareja le echa puyas cada vez que termina?
¿No es mejor enfocarse menos en el tiempo y más en la pareja, buceando otras eróticas y qué funciona para cada quien? Recuerden que calidad sigue siendo preferente sobre cantidad. Aunque extender un poco es posible con métodos, ejercicios y técnicas.
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“Algunas personas acuden siempre al ‘rapidito’ ya que los oficios varios no les dan para más, otras lo extienden patrocinados por mente abierta y creatividad amatoria”
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“Hay que erradicar la cantidad ingente de creencias como que encuentro sexual es solo el coito, que el mismo acaba con la eyaculación, o que el sexo dura lo que dure dura”.
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“¿No es mejor enfocarse menos en el tiempo y más en la pareja, buceando otras eróticas y qué funciona para cada quien? Recuerden que calidad sigue siendo preferente sobre cantidad. Aunque extender un poco es posible con métodos, ejercicios y técnicas”.
Norma Bejarano. Psicóloga – Sexóloga.
IG. @normasexologia020