En días anteriores, Q’HUBO reportó el mal estado en el que está la calzada entre los barrios Malabar y Ancón, debido a la colmatación de una tubería de alcantarillado. Al parecer este no es el único caso de deterioro de la malla vial en esta zona del noroccidente de Ibagué. Varios tramos de la vía principal de acceso, que comunica a ambos sectores con la Sexta Brigada presentan cráteres, algunos de tamaños considerables.
Zanja en plena vía
En la calle 13 con carrera 10, debido a un hueco del que emanaba líquido, al parecer de la red de acueducto, personal de Ibal se hizo presente para revisar y hacer las correspondientes reparaciones. Sin embargo, después de la visita quedó abierta una gran zanja que dificulta el tránsito de vehículos. Los carros y motos que circulan por la vía, deben reducir la velocidad para acomodarse y pasar por el sitio.
Pero este cráter es solo una muestra de lo que se evidencia en el resto de esta vía principal, que unos metros más adelante, sobre la entrada hacia los multifamiliares de Pan de Azúcar, se ve en estado de deterioro. La misma vía metros más adelante presenta otros huecos, que por efecto de la lluvia se llenan de agua y barro, dificultando el tráfico de vehículos, así como el tránsito de las personas.
Tiempo de espera
Según Alirio Flórez, presidente de la Junta de Acción Comunal de Malabar, el problema con el deterioro de la vía en el sector no es nuevo. Durante la pasada Administración municipal, se solicitó mediante derechos de petición el arreglo de la malla vial de este barrio. Al parecer, sólo hubo una visita, durante la cual se hizo la reparación de uno de los tantos huecos que presentan las calles del lugar, pero para el resto solo quedó la promesa de una segunda visita.
Malabar no es el único barrio donde las vías están pidiendo reparación urgente. Ancón, su vecino, también tiene parte de las vías principales de acceso en pésimo estado, como se puede observar al transitar sobre la calle 15 con carrera 13, justo frente al CAI de Policía. El tamaño de los huecos es considerable, y la situación empeora con la temporada de lluvias que termina de convertir las calles en grandes charcos y lodazales.
