Se dice que el aprendizaje es más efectivo cuando se inicia desde temprana edad. Además, la primera escuela que conocen los niños es el hogar. Esto aplica también para las finanzas, un tema que muchas veces no recibe la atención que merece en el pénsum educativo y que puede hacer la diferencia cuando los más pequeños crecen y deben emprender sus propios caminos.
De una correcta formación en finanzas personales puede depender el éxito profesional, personal, familiar y hasta social. Por eso, Q’Hubo ha querido traerle algunas recomendaciones que podría poner en práctica con los más pequeños de su hogar.
Comenzar temprano
El conocimiento, al menos básico, de temas financieros es indispensable en la actualidad. El ritmo de vida de la sociedad moderna impone saberes que pueden hacer la diferencia a la hora de cumplir muchos propósitos en la vida de las personas. Desde saber ahorrar y no incurrir en gastos innecesarios, hasta adquirir productos y servicios de la manera correcta, invertir, ahorrar y cumplir muchos propósitos.
Todos estos aspectos que incluso muchos adultos no manejan de manera idónea, deberían ser aprendidos en los primeros años de vida. Preguntas tan simples, pero importantes como de dónde viene lo que se tiene o que las cosas que brindan los padres como la ropa, los juguetes y la comida no son gratuitas, y se adquieren mediante el trabajo, deberían empezar a ser respondidas lo más temprano posible.
La infancia es un momento idóneo para inculcar este modo de pensamiento y que los niños aprendan a valorar lo que les es brindado y lo que más tarde van a adquirir, puesto que en esta etapa de la vida se cultivan formas de pensamiento, se descubre el mundo y se inculcan hábitos.