IBAGUÉ. Dieciséis años después de que una estudiante del colegio Pío VI de Planadas, encontrara la muerte en la pista de aterrizaje de una base aérea de dicha población, el Consejo de Estado condenó a la Nación a pagarle más de 293 millones de pesos a su familia.
La tragedia ocurrió el 21 de octubre de 2003 hacia las 11:30 de la mañana cuando Alejandra María Avilés, de 16 años, atravesaba la pista, como todos los días lo hacían unos 200 estudiantes.
Muerte instantánea. Al tiempo que Alejandra ca-minaba, una avioneta Piper bimotor de matrícula HK-2220P se disponía a despegar rumbo a Chaparral, con un piloto y cuatro soldados del Ejército.
Según relataron medios de comunicación de la época, la jovencita no había recorrido más de 300 metros, cuando la aeronave la golpeó con el extremo del ala izquierda. Ella murió de manera instantánea.
Dos compañeras que la acompañaban resultaron con fracturas.
El viernes se conoció un fallo del Consejo de Estado a través del cual condena a la Nación en cabeza de Planadas y la Aeronáutica Civil a indemnizar a la familia de la víctima fatal.
Único camino. Durante el proceso judicial, la familia de la muchacha demostró que la única manera que tenían los habitantes del barrio Simón Bolívar, los estudiantes y profesores del colegio para llegar a sus respectivos destinos, era transitar por la pista, que además se encontraba en mal estado y sin que existieran señales que alertaran a los transeúntes sobre el riesgo que constituía el paso por la zona.
También se probó que la aeronave que se llevó la vida de la adolescente, tenía en sus alas un área que sobrepasaba las zonas de seguridad de la pista, lo cual aumentaba la posibilidad de que ocurriera un accidente como el que se registró hace 16 años en esa población.
Dato. Según el Consejo de Estado, Planadas y la Aerocivil incurrieron en una falla en el servicio, al permitir el tránsito de personas sobre la pista y no establecer controles adecuados para impedirlo.
