Condenada por torturar a sus hijas

IBAGUÉ. Luego de aceptar el preacuerdo, el Juzgado Primero Especializado condenó a cinco años y ocho meses a Heidy Milena Gómez Guzmán y/o Lua Mailén Santodomingo por el delito de tortura agravada en concurso homogéneo, en calidad de cómplice.
Además el Juzgado de Ejecución de Penas que vigile la condena, deberá determinar si adelanta una actuación frente a la patria potestad de las menores de edad, la cual no podrá ejercer la mujer durante el tiempo de la condena.
De igual manera, por intermedio del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar se deberá establecer dónde están las niñas y restablecer los derechos de las pequeñas, así como protegerlas y vigilar todo el proceso.
La femenina, quien era contratista de la Gobernación en el área de Apoyo a la Gestión, torturaba a sus dos hijas de nueve y 12 años y las sometía a agresiones y maltratos constantes.

Negaron la domiciliaria. El abogado defensor de la condenada solicitó la prisión domiciliaria durante la diligencia judicial, pero le fue negada.
Lo anterior, porque se indicó que la integridad personal de las niñas está en riesgo ya que no hay red de apoyo familiar.
Además, señaló el togado que no fue demostrada su condición de madre cabeza de familia y varias veces a la condenada le retiraron la custodia de las niñas.
Debido a esos argumentos, no le concedieron ningún beneficio como la prisión domiciliaria, ni la suspensión condicional de la ejecución de la pena.

Hechos. En una entrevista, la hija mayor de la mujer, afirmó que casi toda la vida ha sido maltratada, pero que desde los ocho años las agresiones aumentaron porque la mujer le pegaba a ella y a su hermanita con cables, palos, puños y todo lo que encontrara a su paso.
Las asfixiaba con almohadas o cables en el cuello y las dejaba días enteros sin comer. Así mismo, las obligaba a caminar largas distancias para ir al colegio.
El ente acusador explicó que la víctima, con 15 años en la actualidad, tiene displasia de cadera de nacimiento y por la que fue intervenida quirúrgicamente. Gómez Guzmán no respetó su periodo de recuperación porque la obligó a cocinar, hacer oficio y tener buenos resultados en el colegio. Cuando la niña no cumplía con todo, la agredía.
En una oportunidad no alcanzó a tender una cama y la mujer le propinó varias cachetadas, la ‘echó’ de la casa no sin antes pegarle con un martillo en las piernas y la columna, y le quitó el bastón que requería para caminar. Al parecer, siempre la discriminó por su condición física y le reprochaba los gastos del tratamiento, por lo que amenazó con prostituirla para recuperar la inversión económica en el mismo.
Gómez Guzmán supuestamente en tres ocasiones le entregó un cuchillo a su hija y la animó para que se hiciera daño o para que la matara a ella.

La intentó ahorcar. La menor de las niñas le dijo a la Fiscalía que en 2015, su madre la mandó a ‘calvear’ porque no se había aprendido las tablas de multiplicar. El ente acusador refirió que la mujer colocaba cables y lazos en las vigas de la casa, les realizaba un nudo y obligaba a la niña a que se colgara para que se ahorcara, eso sucedió tres veces. Y en una ocasión le ‘rompió’ la cabeza de un ‘palazo’ y la ‘echó’ de la casa.

La relación con el papá de las menores. El padre de las niñas, en entrevista con la Fiscalía, corroboró los tratos inhumanos de la mujer hacia sus hijas e incluso lo agredió a él con un arma blanca. La familia vivió un tiempo en Bogotá y tras una discusión, el hombre se fue de la casa para departir unas cervezas con unos amigos, pero la mujer lo buscó, le llevó las pequeñas en ropa interior sin importar el frío capitalino y las dejó a su cargo para que tuviera que regresar a la casa.

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