IBAGUÉ. Luego de aceptar el homicidio, Francy Milena Arias Ramírez fue condenada a pasar 13 años en prisión por la muerte de la adolescente de 17 años de edad, Yurley Serrano Pérez.
La mujer aceptó mediante preacuerdo el delito de homicidio simple y el mismo fue avalado por el Juzgado Sexto Penal del Circuito.
Por celos. El 22 de enero de este año Yurley perdió la vida luego de recibir una puñalada en el pecho que le propinó Arias Ramírez, cuando estaban en el barrio Villa del Sol. La difunta llevaba pocos días en Ibagué, a donde llegó procedente de Cúcuta, Norte de Santander.
Al parecer la adolescente, quien vivía con una amiga por la manzana 16 del barrio, charlaba con un joven exnovio de la hoy condenada, lo que provocó los celos y la herida que le quitó la vida.
Yorley fue auxiliada y llevada a la USI del Jordán octava etapa, pero de allí la remitieron primero al Hospital Federico Lleras Acosta y después a la Clínica Tolima, donde al final falleció.
Sus progenitores se enteraron de lo ocurrido por un uniformado de la Policía Metib que llamó a la mamá de la menor de edad para que autorizara una cirugía, pero horas después la contactó para contarle la fatal noticia.
En el lugar fue capturada la presunta asesina, hoy condenada y quien tiene 18 años de edad.
Para el momento de los hechos, el coronel Jorge Morales Villamizar, comandante de la Metib señaló: “Ocurrió este hecho de una joven de 18 años con otra de 17, quienes tuvieron una discusión, que según lo recolectado en el sitio, era por tema sentimental por otra persona. Esto generó una riña y con arma blanca una hirió a la otra, la cual falleció en el hospital”.
Su viaje a Ibagué. La adolescente vivía en Cúcuta y estaba de paso por Ibagué. De acuerdo con su progenitor, ella viajó el 13 de diciembre del año pasado a disfrutar de unas vacaciones. Pasó 24 y 31 en Villa del Sol en compañía de su amiga Johanna, mayor que ella y madre de tres hijos, con quien empacó maletas desde Cúcuta hacia la manzana 16.
“La llamaba y me decía que estaba bien. Ella no se metía con nadie, no tenía problemas, acá se la pasaba en la casa”, relató Paulo Serrano, progenitor de la menor de edad asesinada.