IBAGUÉ. José Abel Vera y Esneda Alarcón los últimos días han despertado con incertidumbre por desconocer el paradero del cuerpo de la menor de sus tres hijos, su bebé, la niña de sus ojos, quién el viernes fue arrastrada por una creciente de rocas, residuos y lodo en la vereda Curalito, situada en los límites entre Ibagué y Cajamarca. Ellos tienen toda su fe puesta en los organismos de socorro que trabajan de ‘sol a sol’ en la búsqueda de la menor.
Sobre ella. Dora Liliana Vera Alarcón, de 16 años, nació en el seno de una familia de agricultores y a la fecha de la tragedia vivía con sus progenitores, pues sus dos hermanos ya se habían radicado en Ibagué y Cajamarca. El año pasado obtuvo su título como bachiller en una institución educativa de la ‘Despensa Agrícola’ y siempre se ha caracterizado por el cariño y el respeto que profesa a sus padres y hermanos.
Cronología. De acuerdo con algunos familiares el viernes, día de su desaparición, Dora Liliana se despertó alegre y feliz ya que tenía una cita con su novio, pero la misma no se efectuó pues por motivos de fuerza mayor su pareja no alcanzó a bajar a su casa, ya que él reside en Cajamarca a varios minutos de distancia.
Sin embargo, eso no cambió el semblante de la menor que junto a su madre planeó una visita a la casa de una vecina con quebrantos de salud.
Ambas cumplieron con el encuentro y minutos antes de las 2:00 de la tarde supuestamente a la adolescente le cogió afán y una “inquietud inexplicable”, refirió su prima Ana Vera, porque el cielo se puso gris lo que alertaba sobre un inminente aguacero, además le señaló a su progenitora que por nada del mundo se podía perder la novela ‘En los tacones de Eva’ porque “estaba buenísima”.
Una vez en el hogar, al que la familia llegó hace unos dos años, empezó la lluvia y la novela pasó a un segundo plano porque Dora Liliana mostró preocupación por su papá que estaba trabajando como recolector de café cerca a la casa, pero su mamá la calmó.
La tristeza. Ella al parecer tomó varias fotos de la quebrada Curalito crecida, desde el balcón de la residencia, para mostrarle a su padre y familiares cuando regresaran, pero no quedó conforme con las imágenes obtenidas. Así que se puso botas de caucho, se cambió la ropa que tenía para recibir la visita de su novio y descendió algunos metros por una peña que une al predio con el afluente para lograr mejores postales, pero aparentemente resbaló cerca al afluente y bajó una ‘bombada’ que arrastró su existencia. Algunos familiares enfatizaron que lo último que vieron fue una de sus manos levantadas en señal de ayuda.
“Tomamos la decisión, a solicitud de la familia, de colocar una retro en el sitio donde considera que puede haber una posibilidad (que esté)”, explicó Guiomar Troncoso, directora del Grupo de Prevención y Atención a Desastres.
Y agregó: “Estamos pendientes del seguimiento de los perros rescatistas, a los que se les han dado prendas de la niña para que tengan claro el objetivo de lo que se está buscando”.
La jornada culminó ayer sin éxito, pero se reactivará hoy a primera hora, lo que representa una nueva oportunidad para que José Abel Vera y Esneda Alarcón recuperen el cuerpo de su ‘bebé’.