IBAGUÉ. Aunque inicialmente el nuevo Código de Policía fue de manera pedagógica, desde agosto la Institución sanciona aquellos comportamientos que van en contra de la convivencia ciudadana.
De esta manera, uniformados de la Policía en ejercicio de su deber, llegan a diferentes puntos de la Ciudad con el fin de verificar la documentación de los establecimientos comerciales al interior de los barrios. Sin embargo, algunos habitantes del Clarita Botero y sectores aledaños, indicaron que el procedimiento no es el apropiado y la zona se queda sin tiendas por el sellamiento que desde el sábado realizan los uniformados. “Sabemos que muchos no tienen los papeles en regla, pero el cierre del negocio implica pérdidas económicas para familias que toda su vida se han dedicado a la comercialización. Consideramos que la socialización del código es el primer paso para que la ley se cumpla”, indicó Lina María Yara, comerciante del sector.
Desde la Policía Metropolitana se conoció que los operativos se emprenden en toda la Ciudad sobre todo para los locales que venden licor sin tener el permiso para realizar esa actividad comercial, por lo que se ordena cierre preventivo mientras los propietarios ponen en regla sus papeles ante la Cámara de Comercio, haciendo efectivo el artículo 196 de la norma.
