IBAGUÉ. La noche del miércoles pasado, cobradores motorizados rodearon una vivienda en el barrio Roberto Augusto Calderón y acosaron a un deudor con métodos que la atemorizada comunidad de la cuadra cuestiona.
Vecinos alarmados denunciaron que los cobradores atravesaron las motos tapando la calle, no se quitaron los cascos, intimidaron a las personas de la casa y, al parecer, a uno que protestó le mostraron un revólver.
“Eran como 11 motorizados, llegaron casi tumbando puertas y amenazantes con un deudor que se ‘colgó’ en las cuotas, taparon la calle y no mostraron la cara, actuaron como sicarios; se aviso al CAI del Jardín, pero no había efectivos, nos sentimos desprotegidos”, señaló una fuente.
Q’HUBO logró establecer que el deudor es Fernando Ramírez Roa, de 38 años de edad, quien sacó un crédito de 200 mil pesos y estaba atrasado en varias cuotas.
Ramírez se quedó sin trabajo y con su esposa tuvo que irse a vivir al domicilio de su suegra en la manzana A casa 7 del barrio Roberto Augusto Calderón, donde los cobradores estuvieron acosándolo.
El deudor está colgado en 48 mil pesos y a raíz de eso se fue a Bogotá a conseguir trabajo para cumplirle el compromiso a sus acreedores.
“Realmente esa no era la forma de venir a cobrar, entendemos que nuestros vecinos estén alarmados, porque queda uno nervioso; ellos están sin trabajo, pero van a cumplir”, manifestó un familiar del deudor.
“No mostramos fierros”
El supervisor de la firma ‘Prestaya’ que se identificó solo con el nombre de Carlos, negó que los cobradores hubieran llegado a la casa del deudor “mostrando fierros y tumbando puertas”.
Informó que Fernando Ramírez Roa lleva cuatro meses ‘colgado’ y que todos los cobradores deben conocer a sus clientes, de ahí su presencia masiva en la casa del deudor.
La oficina principal de ‘Prestaya’ está en Cali y hace un año abrieron en Ibagué, según indicó el supervisor.
Respecto al 20 por ciento que estarían cobrando de interés, el empleado señaló que “es altico, pero a nadie se le obliga a firmar”.
Puntualizó que, por el contrario de agredir a deudores, en Cali y en Armenia les han matado dos cobradores.