REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Una joven ibaguereña denunció ante la Fiscalía General de la Nación a un hombre con quien llevaba una amistad de varios años. Dijo que en un aparente ataque de celos le pegó, se le quedó con el celular, le dañó la moto y otros objetos.
Le solicita a las autoridades agilizar la investigación porque el presunto agresor tendría planeado salir de la ciudad.
Dayana Melo recordó que hace unos tres años, por amigos en común, conoció a Andrés Felipe Sánchez, asesor comercial de una empresa de telefonía.
“Con el pasar del tiempo nos hicimos buenos amigos y hace como tres meses le acepté unas salidas a cenar y a rumbear. Lo consideraba un buen amigo”, dijo.
Un fin de semana, cuando salieron a rumbear, según Dayana, el hombre mostró los primeros indicios de ser celoso, no obstante, ella no le dijo nada.
“Un fin de semana salimos a rumbear y yo me encontré con unos amigos y bailé con ellos. El se enojó mucho, se puso de muy mal gusto. No le dije nada, pero entendí que sentía algo por mí, entonces me alejé de él. Tiempo después volvimos a hablar y salimos a rumbear”, indicó.
Esa noche, un domingo, como ella llevaba puesto un vestido y no tenía bolsillo para guardar el celular, le pidió el favor a Andrés de que le tuviera el teléfono mientras iba al baño. Cuando ella regresó a la mesa se encontró con el exnovio, una persona a quien, según dijo, todavía quiere. “Empecé a bailar con mi ex y como decidimos salir del lugar, fui donde Andrés a pedirle el celular, pero él comenzó a tratarme muy mal y se fue con mi teléfono. Yo dije: bueno, mañana voy a la casa y le pido el aparato; con eso ya está sobrio”, refirió.
Al día siguiente, cuando llegó a reclamar el celular a la casa de su amigo, dijo que el hombre se asomó por la ventana y le empezó a gritar “perra”, entre otras ofensas. “Cuando abrió la puerta, me empujó, me pegó una cachetada y se acercó a la moto. Cogió piedras, ladrillos y se las tiró a la moto; le dañó la parte delantera. Un amigo de él salió, lo agarró y yo me fui para urgencias”, agregó.
Y añadió que al mediodía, cuando ella llegó a la casa, encontró todo revolcado y el televisor, la nevera, la estufa y la ropa en el piso. “Forzó la puerta. Se llevó más de un millón de pesos en efectivo que tenía ahorrado y por la tarde fue a mi trabajo y me hizo escándalo. Creo que si yo hubiera estado en mi casa o mi niña, podría habernos hecho algo. Tampoco me devolvió el celular, me tocó comprar uno”, puntualizó.