Un momento insólito se vivió ayer durante la celebración del ganador de la etapa 10 del Giro de Italia, cuando el eritreo Biniam Girmay se golpeó un ojo con el corcho al destapar la botella de champán, suceso que originó su traslado a un hospital para ser revisado por los médicos.
El corredor se impuso en Jesi (centro-este), siendo esta la primera victoria de un pedalista africano en una gran vuelta.
El español Juan Pedro López (Trek) conservó la ‘maglia rosa’ de líder de la general, que se enfundó por primera vez hace una semana en la etapa del Etna.
El grupo de favoritos entró con el mismo tiempo de 4h.32.07, a una media de 43,2 km/hora, entre ellos López, con una ventaja de 12 segundos sobre el portugués Joao Almeida (UAE Emirates) y 14 respecto al francés Romain Bardet (DSM). Richard Carapaz se mantiene cuarto, a 15 segundos, y Mikel Landa séptimo, a 29.
Girmay, del equipo belga Intermarché, superó al esprint al neerlandés Mathieu van der Poel, que levantó el pulgar al cruzar la meta para felicitar al joven africano por su actuación.
Girmay, de 22 años, participa por primera vez en la ronda italiana. Profesional desde 2020, el eritreo cuenta con ocho victorias en su palmarés, tres de ellas en 2022. A finales de marzo, se convirtió en el primer africano en ganar una clásica (Gante-Wevelgem).
“Sabía al venir al Giro que teníamos la posibilidad de ganar y obtener buenos resultados, así que esto también es parte del éxito de mi equipo, mi familia. Estoy muy agradecido y feliz por lo que hice”, comentó el vencedor de la jornada.
Cabe resaltar que hoy, la fracción 11 presenta un perfil totalmente llano entre Santarcangelo di Romagna y Reggio Emilia, con 203 kilómetros de recorrido.
