Castigado y llorón

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IBAGUÉ. El testimonio de un taxista que declaró haber presenciado cuando supuestamente policiales ayudaban a la víctima a darle una golpiza al sospechoso de un hurto cometido en la urbanización Onzaga, fue desestimado por el Juez Sexto de Garantías que decretó la legalidad de la captura del indiciado.

La declaración de Juan Camilo Tafur, de 22 años, fue estimada “poco creíble” por el togado, quien además concluyó que al parecer se trataba de un testigo “caído en paracaídas”, por lo que despachó favorablemente la petición del Fiscal 44 Seccional de dar vía libre al arresto en flagrancia de Jeferson Alberto Carrillo Carrillo.

El sujeto fue aprehendido al amanecer de ayer luego de ser señalado como uno de los delincuentes que hurtaron un computador portátil y un módem avaluados en $1.150.000 a Óscar Leonardo Salazar Valbuena.

La víctima estaba con un familiar y un amigo en una banca del parque escuchando música y tomando trago, cuando de pronto cinco individuos se les acercaron y uno de ellos sacó un arma de fuego, les apuntó y les dijo que entregaran el portátil.

Andrés Tamayo, primo del perjudicado, abrazó el computador y en el forcejeo el arma cayó al piso, produciéndose un disparo que por fortuna no hirió a nadie y alertó a los vecinos del sector.

El revólver calibre 38 de fabricación casera fue pisado para que nadie lo tomara, siendo así como los demás delincuentes huyeron con el portátil, mientras Jeferson Alberto Carrillo Carrillo resultó golpeado por la comunidad.

 

Testigo dudoso

 

Según el testimonio del taxista, los policiales agarraron de los brazos al sospechoso y uno de ellos apoyó la rodilla en su pecho, mientras la víctima lo castigaba con golpes en el suelo.

Sin embargo, el Juez de Garantías encontró situaciones que no coinciden en la declaración del testigo llevado por la defensa, entre ellas que cuando la Policía llegó el pillo ya había sido dominado.

Así mismo inconsistencias en el ofrecimiento del taxista a la progenitora de servirle de testigo, supuestamente cuando ella hizo presencia en el sitio media hora después para indagar lo sucedido, por cuanto la Fiscalía dejó constancia que al comunicarse posteriormente con Patricia Carrillo Piñeres no quiso dar datos sobre su hijo y tiró el teléfono.

Además que el testigo fue presentado como taxista y en la declaración que rindió dijo que el sábado en la noche no estaba trabajando y se percató porque estaba en una fiesta cerca y vio gente pasar corriendo.

Finalmente, el Fiscal 44 Seccional le imputó al sospechoso cargos por hurto y porte ilegal de armas, y solicitó medida de aseguramiento.

 

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