ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS
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A pesar de que Beatriz Mozo Suárez no tenía traje especializado de natación, tuvo que pedir prestadas unas aletas de competencia, hizo rifas, vendió lechona y postres para pagar su viaje al Campeonato Mundial Masters de Natación con Aletas, en Egipto, subió al podio en las seis pruebas que compitió.
En El Cairo, Beatriz, quien desde los cuatro años empezó en la natación de carreras y suspendió actividades cuando ingresó a la Universidad del Tolima para estudiar Licenciatura en Educación Física y trabajar, decidió en 2008 volver a su deporte favorito del cual hoy es campeona mundial.
“Estuve en Cajamarca unos años y cuando regresé estaban en la reapertura de la Liga de Actividades Subacuáticas, me invitaron para competir en natación con aletas y para participar en los Juegos nacionales 2012 en Popayán, luego estuve en Ibagué 2015 y por una lesión en el hombro no pude asistir a los de 2019”, relata Mozo Suárez.
Ya con más edad, pero con el amor que le tiene a la natación, continuó en el deporte, así que en 2019 inició su proceso en la categoría máster.
Luego de la pandemia originada por el Covid-19, retornó a prácticas el año pasado y se puso en forma para participar en abril de 2022 en un nacional en Pereira donde ganó las pruebas. Esto la animó para asistir en Medellín a otro torneo.
Luego viajó a Cali para el segundo Campeonato Mundial Máster en Natación con Aletas donde aparte de colgarse cuatro medallas de oro y una de plata, se aseguró un cupo a Egipto.
SIN RECURSOS
La felicidad contrastaba con la falta de dinero para viajar y tener un equipo necesario para competir , no recibió apoyo gubernamental y la familia intentaba hacer lo que podía para reunir el dinero suficiente para el viaje: “Hice actividades con mis amigos, la familia, gente cercana, vendí lechona, postres, hice rifas y como yo canto con mi grupo de música del Pacífico, Yawaite, ideamos una fiesta para reunir fondos con un bono solidario de 25 mil pesos, me ayudaron porque la gente sabía para qué era”, cuenta.
Para su sorpresa, se unieron Matilda Nox y Kwa, quienes no le cobraron por cantar, todo para que pudiera reunir para el viaje y representar al Tolima: “Me hacía falta dinero porque el tiquete estaba en $9 millones, no tenía aletas porque se me rompieron, tampoco traje de competencia, el club me presta una monoaleta. Es que son elementos muy caros”, señala.
A falta de ocho días para viajar pudo reunir el dinero y compró los boletos de avión, desde presidencia de la liga la inscribieron y partió hacia África. “El nivel estaba muy alto además de la cantidad de atletas, más de 300, fue duro, tenía rivales directas como una italiana, una japonesa, una egipcia y una holandesa con quienes nos peleamos los primeros puestos”, rememora.
En ese momento, pensaba que el hecho de llegar ya era un éxito. Pero lo mejor estaba por venir. Beatriz Mozo fue inscrita en seis pruebas, ganó oro en 50 metros apnea, 100 metros superficie, 50 metros superficie, 200 metros superficie, una plata en 100 metros bialetas y un bronce en 50 metros bialetas.
“Cuando viajé no quise saber nada de mis rivales para no llenarme de ansiedad. En cambio, cuando competía, se aterraban porque nadaba con traje de baño normal y una amiga me prestó las bialetas. Por fortuna salí bendecida, el apoyo del club (Halcones Marinos) fue importante”, agradece.
El pasado 6 de julio Beatriz cumplió un año más de vida, y aunque está muy feliz por sus logros, dice sentirse un poco frustrada por la falta de apoyo, pues un traje vale al menos un millón y medio de pesos, unas buenas aletas están sobre los $400 mil, no tuvo ese apoyo para adquirirlos.
Pero lo que también la deja triste es que, luego de obtener un título mundial máster, no tuvo el reconocimiento ni una felicitación, aparte de quienes siempre le colaboraron. Esta campeona se prepara para afrontar la Copa América que en agosto será en Barranquilla.
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