Brasileño podría ser el primer paciente de sida curado con solo medicación

Un brasileño portador del virus del sida en remisión desde hace más de un año podría ser el primer adulto en curarse sin necesitar un trasplante de médula ósea, anunció el martes un equipo de investigadores.

El virus VIH afecta a decenas de millones de personas en el mundo. Aunque la enfermedad no es sinónimo de muerte, como antaño, las seropositivos tienen que seguir un tratamiento durante toda la vida.

Estos últimos años, dos hombre – denominados pacientes «Berlín» y «Londres»- parecen haberse curado después de haberse sometido a un trasplante de médula ósea de alto riesgo.

Un equipo internacional de investigadores cree que ha encontrado un tercer paciente que no muestra ningún rastro de infección tras haber seguido un tratamiento diferente.

El enfermo, un brasileño de 34 años cuyo nombre no fue divulgado, fue diagnosticado como portador de VIH en 2012. En el marco del estudio, recibió varios medicamentos antivirales muy fuertes, sobre todo maraviroc (marca comercial Selzentry) y dolutegravir (Tivicay), para ver si podían ayudarle a eliminar el virus.

Tras más de 57 semanas sin tratamiento anti-VIH, sigue dando negativo al test de detección de anticuerpos anti-VIH.

Este caso fue presentado en la 23ª conferencia internacional del sida que, por primera vez, se celebra íntegramente en línea debido a la pandemia del nuevo coronavirus.

Ricardo Diaz, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Sao Paulo, estima que el paciente podría considerarse indemne de la enfermedad.

«Lo importante para mí es tener a un paciente que estaba bajo tratamiento y que ahora controla el virus sin tratamiento», explicó a la AFP.

Según la ONU, 1,7 millones de personas contrajeron el VIH el año pasado y más de 40 millones de personas son portadoras actualmente.

Según Diaz, el tratamiento, que requiere más investigación, es para las personas gravemente enfermas que tienen que vivir con el VIH, una opción más ética que el trasplante de médula ósea.

Para Sharon Lewin, directora del Doherty Institute for Infection and Immunity en Melbourne, las conclusiones de Diaz son «muy interesantes», aunque el estudio tiene sus límites. «Estos datos tan provocadores tienen que ser objeto de un análisis más profundo», dijo.

Se han producido varias remisiones prolongadas de la enfermedad en el mundo, pero no puede afirmarse que haya habido una curación.

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