‘Pulmón Dorado’ de Ibagué, en riesgo por minería

IBAGUÉ. En el camino que de Ibagué conduce a Juntas el frío se hace cada vez más intenso y así mismo van apareciendo las impresionantes imágenes que dejan ver la exuberante belleza del Cañón del Combeima, que además de ser un atractivo turístico para el Departamento, significa el ‘pulmón’ de la capital tolimense y sus alrededores.
También son notorias las graves afectaciones que a razón de las fuertes lluvias que por estos días han caído en todo el País, han generado varios derrumbes, pérdida de cultivos y viviendas averiadas, y han acrecentado el caudal del río Combeima y sus quebradas alimentadoras, riesgos latentes con los que viven a diario los vecinos de las 32 veredas del ‘Cañón’.
Sin embargo, existe algo más que tiene preocupados a los pobladores de esta zona. Una información que nació desde los cielos y que con el pasar de los días se les ha convertido en incertidumbre.
Se trata de las posibles exploraciones y explotaciones mineras que, según ambientalistas y organizaciones que los han visitado los últimos dos meses, y la reciente acción popular interpuesta por la Personería Municipal de Ibagué, pretenden hacer compañías como Anglogold Ashanti Colombia o Continental Gold Ltda, con el fin de sustraer oro de estas tierras con el permiso del Instituto Colombiano de Minería y Geología, Ingeominas.
Se dice que nació desde lo más alto porque fue un helicóptero que duró alrededor de 10 días sobrevolando el sector, sobre todo el asentamiento de Juntas, el que generó las primeras incógnitas.

CONSECUENCIAS DE LA MINERÍA A CIELO ABIERTO
* Superficie: Modifica severamente el terreno, dejando en él grandes cantidades de material estéril, destruyendo áreas aptas para la producción agropecuaria, de flora y fauna. Además, puede alterar el curso del agua.
* Entorno: Pierde su atracción escénica, ya que se ve afectado por el ruido producido en las distintas operaciones.
* Contaminación del aire: Puede afectarse con impurezas sólidas como el polvo, combustibles tóxicos o inertes capaces de penetrar hasta los pulmones. También puede contaminarse con vapores o gases cianuro.
* Aguas superficiales: Sedimentos en los ríos de la zona. Diques y lagunas de oxidación, manejos, almacenamiento o transporte de insumos como reactivos químicos.
* Aguas subterráneas: Las aguas contaminadas con aceites usados, reactivos o botaderos de productos sólidos residuales, así como las aguas de lluvia contaminadas pueden llegar al subsuelo.
* Impacto sobre la flora: Elimina la vegetación existente en el área de las operaciones mineras, lo que conlleva a una destrucción parcial. Provoca una presión sobre los bosques existentes en dicho sector.
* Impacto sobre la fauna: Se ve perturbada por el ruido y la contaminación del aire, así como el agua y la elevación de sedimentos. Sumado a esto, se puede afectar particularmente la vida acuática.
* Impacto sobre poblaciones: Puede provocar conflictos por derechos de utilización de la tierra, dar lugar al surgimiento descontrolado de asentamientos humanos. También destruir áreas de potencial turístico, ambiental y agropecuario. Disminución en el trabajo de pescadores y agricultores debido a envenenamiento, inseguridad social y alimentaria. Desplazamientos de las actividades económicas locales.
* Cambios en el microclima: Provoca una multiplicación de agentes patógenos en lagunas y áreas cubiertas por aguas estancadas.
* Impacto geomorfológico y paisajístico: Deja profundos cráteres en el paisaje, donde su recuperación ambiental puede conllevar costos muy elevados.

TÍTULOS OTORGADOS
En Ibagué existen en total 112 permisos de exploración minera entregados por Ingeominas a 65 personas y empresas diferentes, donde el mayor número de títulos los tiene Anglogold Ashanti Colombia con 28, seguido de Negocios Mineros S.A., que tiene ocho y Concesionaria San Rafael, Richard Flórez, Carmen Laserna y Cemex, los cuales poseen de a tres. Luis Dueñas tiene dos, y el resto de a un permiso.
De aquellos, 25 están otorgados a lo largo y ancho del Cañón del Combeima, para extraer oro, incluidas las dos bocatomas que suministra agua a cerca del 80 por ciento de los ibaguereños.

PERSONERÍA DE IBAGUÉ, EN DEFENSA
Isaac Vargas, personero de Ibagué, logró el pasado 30 de septiembre que el Tribunal Superior Administrativo del Tolima suspendiera de manera inmediata los permisos a 25 empresas mineras que pretendían realizar exploración y explotación de oro en los sectores del río Combeima, Coello y Cocora.
“Empezamos a trabajar la situación de la mina La Colosa, del cual somos coayudantes para evitar su explotación, cuando nos encontramos con que el problema no era sólo para Cajamarca sino también para Ibagué, a la cual le habían concesionado 112 títulos mineros”, refirió Vargas.
Y agregó: “Empezamos a estudiar el caso y vimos que nuestra Constitución Nacional nos brinda mecanismos de participación para dar la pelea, y arrancamos la misión a través de la Personería Municipal de Ibagué. El 8 de septiembre de este año interpusimos una  acción popular, ante el Tribunal Administrativo del Tolima, donde exigíamos como voceros del pueblo, detener dichos permisos, demostrando la vulnerabilidad y el riesgo para el medio ambiente, el sector agrícola y los moradores no solo de estos lugares sino de la capital tolimense, y para fortuna nuestra y de todos los ibaguereños, salió a nuestro favor”.
La magistrada Susana Nelly Acosta, determinó: “Se suspende de forma inmediata el permiso para que se desarrollen procesos de exploración y explotación miera aurífera en la cuenca mayor de los ríos Coello, Combeima y Cocora”.

DERECHOS VULNERADOS
Según la acción popular presentada por la Personería Municipal de Ibagué.
* De la Constitución Nacional:
Articulo 8: Proteger las riquezas.
Articulo 11: Derecho a la vida.
Articulo 13: Derecho a la igualdad de protección.
Articulo 44: La vida, la integridad física, la salud y la seguridad social.
Articulo 79: A tener un ambiente sano.
Articulo 80: Aprovechamiento de los recursos naturales.
Articulo 333: La actividad económica y la iniciativa privada son libres dentro de los límites del bien común.
Articulo 334: El Estado intervendrá en la explotación de los recursos naturales con el fin de conseguir el mejoramiento en la calidad de vida de los ciudadanos.

«PIENSO EN MI HIJA»
Mauricio Andrade tiene 30 años y vive en Juntas hace 14. Es el padre de Ana María, una bebé de siete meses y dice que por ella no permitirá que exploten su tierra.
“Aquí lo que sabemos así por encima es que ya existen unos permisos para que vengan a explorar estas tierras y buscar oro. Pero en realidad nadie ha venido a contarnos cuál es la situación verdadera”.
Y agregó: “Yo no estaría de acuerdo en permitir que nos hicieran ese daño, pienso en mis familiares y en mi hija. Soy consciente que se vendría una bonanza de trabajo grande como está pasando en estos momentos en Cajamarca, pero eso mientras se aprovechan de la tierra, porque después nos la dejan inservible”.

«NO LO PODEMOS PERMITIR»
Blanca Inelda Montaño es una ‘hija’ de Juntas. Habita allí desde que nació hace 47 años, vive con sus dos hijos y su esposo, y sus labores son las típicas del campo.
“Aquí no tenemos mucha plata, pero vivimos tranquilos, además todo lo necesario para comer nos lo da la tierrita”, manifestó, con un tono de seguridad y alegría.
No obstante, al momento de nombrarle la palabra mina, su rostro cambió sustancialmente.
“Estamos muy preocupados todos, ya varios meses atrás, como tres, habíamos visto un helicóptero sobrevolar mucho por esta zona, los rumores empezaron a circular, hasta que las personas de una organización que hacen travesías por el Cañón del Combeima, nos reunieron y nos informaron lo que pretendían hacer con estas tierras”, manifestó Montaño.
Y agregó: “Nosotros no podemos permitir que vengan esas personas aquí, porque acabarían con todo y nos contaminarían el agua”.

«ESTAMOS ABANDONADOS»
Es estudiante universitaria, tiene una hija y ha sido una de las principales promotoras jóvenes que se ha dedicado a concientizar a los vecinos de Juntas y sus alrededores sobre la amenaza que según ellos son las compañías mineras para su ‘tesoro’: El Cañón del Combeima.
Su nombre es Andrea Saavedra, quien manifestó con tono vehemente que los han dejado solos.
“Aquí la gente está inquieta, hemos recibido información y charlas de ambientalistas y de personas que también están trabajando con el tema de ‘La Colosa’ en Cajamarca; pero ni Cortolima, ni personal de la Alcaldía se ha tomado la tarea de explicarnos qué es lo que pasa”, indicó Saavedra.

ÁNGELICA MARÍA MAHECHA URIBE

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