Centro de Historia de la segunda ciudad del Tolima cumple 10 años de existencia.
Carolina fernández
Gustavo Adolfo Pava Ruiz es un historiador de la ‘Ciudad de La Tambora’, miembro del Centro de Historia de El Espinal, quien habló con Q’HUBO sobre los 10 años que cumple este 13 de octubre este centro, el cual con mucho esfuerzo siguen manteniendo, por esto pide apoyo de las administraciones y hasta privados para seguir conservándolo.
Este espinaluno, quien estudió unos años de derecho, pensionado de 75 años de edad, fue quien ideó este Centro de Historia, donde poco a poco ha aprendido a manejar esta iniciativa para guardar la memoria de su municipio y alrededores.
Centro Histórico
El 13 de octubre de 2012 fue creado el Centro de Historia de El Espinal por algunos espinalunos inquietos que desean preservar ese legado y que sus coterráneos la conozcan bien. Al inicio de la charla Gustavo Adolfo Pava Ruiz enfatiza que la forma correcta de nombrar y escribir al municipio es El Espinal.
“Se da la creación porque en El Espinal no tenemos recopilada la historia, no está escrita. Tenemos es un desconocimiento, la historia en sí está en la cabeza de cada persona y entonces va pasando el desarrollo de la humanidad y queda en el olvido. Ese es el objetivo, recopilar esta información pasada y darla a conocer para que no se olvide. Hay un dicho que, “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”, y eso es muy cierto”, sentencia.
Según el historiador, tanto las academias y los centros de Historia producen al año un libro que se llaman boletines de historia, así que durante estos 10 años han sacado dos libros boletines de historia, una revista en 2015 y una separata.
Resaltó el acompañamiento de seis estudiantes, del Liceo María José, donde es rector Gustavo Arias Peña, quien es miembro del Centro Histórico, para recopilar información y clasificarla, y desean conocer la historia de su municipio. “Necesitamos colaboración de la administración municipal, para esto y los libros, las revistas”, dijo el hombre.
Los logros
“Hay una cosa que nos llamó mucho la atención, el himno de El Espinal no se hizo como un himno marcial, sino se hizo fue una poesía”, dijo.
Resaltó el legado que dejó el historiador Carlos Perdomo Ávila, quien perteneció a las academias de historia del Huila y Tolima, la recopilación de información de biografías de personajes del municipio, talentos y que escribía cartas hasta al Papa de la época. De él gracias a su hermana Inés, también fallecida, recibieron muchos documentos.
Asimismo, recordó la exposición del Concejo Municipal el mismo historiador por la fundación de El Espinal, la cual se debía al Virrey Caballero y Góngora, lo cual se hizo mediante un decreto. En este documento se ordenaba el traslado de la Parroquia que estaba ubicado en un caserío a orillas del Río Magdalena y en El Espinal funcionaba la Viceparroquia, lo que obligaba a las personas a desplazarse hasta el caserío a los oficios religiosos.
“Efectivamente mediante un decreto, él (Virrey) se compromete a que sí les va a dar la parroquia siempre y cuando le cedan le donen una cantidad de terrenos para hacer una población de El Espinal para que se dejaran calles, construyeran el edificio del ayuntamiento (donde hoy funciona el Centro de Historia), este edificio podemos considerar que puede ser de 1783 cuando se hace el decreto del traslado entonces envían a un sacerdote para que hagan la construcción de la iglesia y del edificio parroquial igualmente de paso el de las autoridades que es el edificio del Ayuntamiento”, concluyó.
El historiador recordó que en El Espinal hay un lío con los terrenos de ejidos que primero se pensaron para que los ciudadanos, “pudieran tener plantas y animales. Incluso hay algunas casas con solares con 50 metros de fondo entre 15 y 20 de frente, con todo, sanitarios, habitaciones, se cultivaban cachacos. Hay algunas pocas en El Espinal y los terrenos si están en esa amplitud”, recordó.
Finalmente, el virrey Antonio Mario Borbón le ordena que se haga el levantamiento del acta definitiva de la fundación del pueblo de El Espinal, documento que puede estar en el archivo General de la Nación o de Sevilla (España).
Las fiestas
En cuanto a las fiestas de San Pedro en El Espinal con 141 años de tradición, Gustavo Adolfo Pava Ruiz nos contó que las sanjuaneras nacieron con un decreto en 1790 en el Huila. Las tradicionales del Tolima son en Natagaima y la iglesia las inició como las fiestas de San Juan el Bautista, no el apóstol.
En cuanto a las tradicionales de San Pedro en El Espinal, recordó que no se celebraban, pero un alcalde para 1881, quien era músico las inició con lo tradicional con las comparsas mostrando con sus ritmos de la época, lo cual le da renombre a El Espinal
Las mismas han tenido seis interrupciones: Por la Guerra de los Mil Días; la crisis económica mundial de 1929; el ‘Bogotazo’ luego de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán; en 1958 por decreto del obispo Francisco Vásquez quien indicó que no estaba preparado para la celebración, no obstante, la festejaron el 20 de julio siguiente; también en 1980 por un fuerte verano que azotó la región y los dos años por la pandemia del Covid-19.
Gustavo Adolfo recordó que en el sector de la Concordia, “lo que llaman ‘Pueblito Espinaluno’, es en realidad un pueblito quindiano o caldense y allá se debe a que la guadua que se trabaja para las construcciones es con la guadua a la vista y todo lo que se ve en el Tolima es con la Guadua empañetada con barro”.
La Tambora
A la entrada de El Espinal se destaca la tradicional tambora, por la cual también se le denomina la ‘Ciudad de La Tambora’. Gustavo Adolfo recalca que no es la cuna de la tambora porque este instrumento lo trajeron los africanos.
En cuanto al monumento señala: “La tambora que lo hizo el maestro Augusto Cervera, el plano lo hizo un primo de él Adán y consiguió que la alcaldía le aprobara este monumento. Es la bifurcación de la carretera Panamericana”, dijo.
El artista es muy conocido porque aún se disfraza de San Pedro para las fiestas y hace la navegación en el Río Magdalena.
Gastronomía
En cuanto a la comida tradicional de El Espinal Gustavo Adolfo señaló que los tamales y la lechona son muy apetecidos. Y recordó que cuando no habían neveras las carnes se conservaban de una manera muy particular, “las ahumaban las ponían a soasar y las colgaban en cuerdas y en algo para que les diera el sol”.
Además, aún hay algunos sitios donde se vende el chivo asado y recordó que a los espinalunos los llaman ‘Los Pelachivas’.
Tome nota
El libro más viejo que tienen data de 1934 el cual es un boletín de historia y una colección de cuatro libros del Fray San Juan de Santa Gertrudis, Las Maravillas de la Naturaleza, que son de 1750, donde mencionan a El Espinal.