Día mundial de la arepa: un homenaje a la tradición gastronómica en Ibagué

ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS
qhuboibague@gmail.com

Las hay de todos los sabores, colores, rellenos, tipos de maíz y servidas en muchas presentaciones, incluso, discuten su invención los colombianos y venezolanos. También es el sustento de algunas familias; lo cierto, es que es el alimento más apetecido en las mesas.

A la arepa, en cualquiera de sus variaciones, también le celebran su día, todo sucedió, según versiones, en julio del año 2012 por medio de la Organización Venezolanos en el Mundo (VenMundo), con el fin de apoyar a sus conciudadanos en el exterior y promover la integración y unión.

A partir del siguiente año se volvió un día mundial y se celebra en septiembre, casi siempre el segundo sábado, por supuesto, siempre es un buen día para comer este manjar.

En Ibagué, visitamos tres lugares, todas con preparaciones diferentes, deliciosas y preparadas con el cariño que merecen los comensales; las probamos gourmet, vegetarianas, de sólo maíz, con un toque de mantequilla y sal, de choclo, con huevo, con fríjoles, carne mechada y con caldo.

Caídas del cielo

En la Terraza de Calambeo, fuimos a Mi Cielo Arepas & Antojos, donde nos recibió Adriana Castillo, una mujer que decidió hace dos años y medio abrir su negocio de arepas en el barrio Jordán, siempre con el mismo estilo, rellenas con distintos toppings en bandejas y bowls.

“Debido a la ubicación estratégica, la acogida que ha tenido la Terraza, decidimos hace tres semanas trasladar el punto, siempre con una oferta de arepas diferente.

“Es claro que la arepa es una comida tradicional de las familias colombianas, que se presta para desayunar, almorzar, comer en diferentes ocasiones; para mí, es una comida que no cansa, se puede degustar todos los días, y por eso le apostamos a hacer combinaciones”, cuenta Adriana.

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Dentro de la carta que manejan hay cinco platillos, las sugeridas por el chef, ellas son: ‘Del cielo vino’, la cual trae carne mechada con salsa vinotinto, champiñones y queso. Amar, la cual trae pollo y camarones en salsa pomodoro.

‘La Lunada’ trae una mayonesa artesanal de la casa, con chorizo, salchicha, tomate y aguacate; ‘La Paradise’, es con puré de maduro, carne mechada y chorizo y ‘Eclipse’, una especie de hamburguesa que en vez de pan trae arepa.

Y como la idea es que la gente prepare su arepa como desee, también ofrece cuatro diferentes tipos de masa, con chicharrón pulverizado, ajonjolí, avena, todas rellenas con queso y 17 toppings; entre ellas, se puede armar para quienes gustan la comida vegetariana.

Sustento familiar

Desde hace cuatro años Sol Castiblanco decidió emprender en el negocio de las arepas, esto luego de que su hermano Dúber, quien alguna vez tuvo un puesto, la animó a tener su propia parrilla al frente de su casa, que estaba en construcción.

En el barrio La Paz, Sol, junto con su madre Marina Garzón, cocinan desde temprano el maíz, al principio era en leña. Recuerda también que iniciaron con la cocción de tres kilos del cereal y ahora preparan una arroba diaria.

También tenía algunas deudas, pues estaba en etapa de construcción su casa y con la venta logró salir de sus acreedores.

Al principio, cuenta entre risas, le quedaban ahumadas, “se me quemaron unas arepas, no tenía sopladera y me tocaba con una tapa, me pidieron cinco de queso y salieron encenizadas; pero aprendí, me ha ido bien y ya tengo clientela”.

Ahora, en la comuna Dos, Sol es una de esas mujeres emprendedoras que junto con su madre ayudan a la economía de la que también se benefician su esposo y su hija, pues además de las arepas tradicionales, también vende con queso y una vitrina con empanadas y otras comidas.

Ármela como quiera

En su idea de generar nuevos ingresos e innovar en el negocio de las arepas, Sandra Liliana Bonilla abrió en la carrera Cuarta Tamaná con 33, Mi Arepón, una propuesta que puso en su slogan, ¡Ven, Ármala y Disfrútala!, pues acá el comensal puede pedirla con los diversos toppings que ofrecen.

Según cuenta su propietaria, quien atiende su negocio con su esposo y unas empleadas, desde hace nueve meses decidió tener su propio negocio, pues antes vendía mangos en una esquina de un colegio.

“De repente me llegó a la mente querer innovar, preparar un producto diferente y armar la arepa de inmediato y a buen precio: Fue como una lucecita de Dios y me fueron fluyendo las ideas”, inicia su relato Sandra Liliana.

Mientras atiende un pedido, enseña los diversos toppings con los que atiende a sus clientes, hay carne y pollo desmechados, maíz, huevos de codorniz, chicharrón, salchicha, maduro y queso derretido para verter en el relleno.

Cuenta que, como no tenía ni idea de preparar arepas, en un principio le quedaban grandes, pequeñas, no tenía un molde ni sabía la cantidad específica para armar y asar las arepas. Ahora, aparte del amasijo preferido, también ofrece otro tipo de comidas rápidas.

“El producto es muy bueno, de calidad y económico, hay desde cinco mil hasta la de la casa que vale 12 mil pesos. He tenido mucha acogida de la gente; ya cogí la práctica y acá pueden venir diagonal al hospital Federico Lleras (La Francia) a pedir la arepa como quiera”, asegura Sandra Bonilla.