REDACCIÓN Q’HUBO
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Rocío Peñuela y Adrián Santiago Lópera Peñuela llevan tres años luchando contra un cáncer. El pequeño tiene leucemia. En enero le practicaron un trasplante de médula y están en Bogotá, donde no tienen familiares. La ibaguereña necesita una manito, puesto que todo el tiempo debe estar con su niño y no ha podido volver a trabajar.
En diálogo con Q’HUBO, Rocío recordó que los primeros síntomas de la enfermedad aparecieron cuando Santiago tenía cinco años.
“A él le dolían mucho las piernas y se veía ojeroso. Un día me llamaron del colegio porque todo lo que comía lo vomitaba. Lo llevé al médico, le practicaron varios exámenes y le encontraron las plaquetas muy bajas. Semanas después le diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda. Fue como un sacudón que nos dio la vida”, dijo.
Agregó que el menor recibió tratamiento con quimioterapia y aunque en diciembre del 2021 celebraron el fin de la enfermedad, meses después el cáncer volvió a aparecer.
Así las cosas, el trasplante de médula se convirtió en la mejor opción de tratamiento. “Todo el tratamiento ha sido en Bogotá. En 2021 pudimos estar unos meses en Ibagué, el niño volvió al colegio y retomamos nuestra vida, pero con el regreso de la enfermedad tuvimos que volver a la Capital”.
Rocío explicó que el 23 de enero fue el trasplante de médula ósea. Al pequeño le infundieron células madres de ella. Santiago continúa en recuperación y deberá permanecer varios meses en el Hospital La Misericordia puesto que requiere de muchos cuidados.
El trasplante
Rocío, le donó miles de células madres a su único hijo con la esperanza de que pueda vencer la enfermedad. Contó que el proceso para ella fue duró: “cinco días antes del trasplante, me empezaron a aplicar un medicamento para estimular la producción de los glóbulos blancos. El trasplante consiste en que al donante le sacan sangre y la pasan por una máquina. La máquina centrífuga la sangre, saca aparte las células madres y el resto de sangre vuelve al donante. Sentí mucha taquicardia, cansancio y tuve una parte del cuerpo dormida varios días”, afirmó. Al niño le inyectaron las células de su mamá. Tiene las defensas muy bajas, por lo que requiere de muchos cuidados, por ejemplo, le deben cambiar el cepillo de dientes cada tres días.
¿cómo puede ayudar?
Rocío Peñuela se ganaba la vida vendiendo mango frente al colegio del barrio Libertador de Ibagué. En Bogotá vive en el Hospital La Misericordia con su hijo y los únicos ingresos son los que le envía al padre del niño. “Al niño toca comprarle muchos útiles de aseo y alimentarlo muy bien. A veces yo pasó el día con un café. Me preocupa cuando salgamos del Hospital para dónde vamos a coger. No podemos irnos para Ibagué porque los controles son cada tres días”. Aunque han emprendido una campaña a través de redes sociales, muy pocas personas les han ayudado.
DATO
Para donaciones, la familia dispuso de la cuenta Nequi 313 480 66 04. A este número también pueden contactar a la señora Rocío.
15 mil células madre le donó Rocío peñuela a su hijo.
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