REDACCIÓN Q’HUBO qhuboibague@gmail.com
Desde hace varios años, el Museo de Arte del Tolima, MAT, ofrece talleres de dibujo y pintura que tienen por objetivo acercar a los ibaguereños al arte de plasmar sus ideas y emociones en cuadros. Quienes ya cuentan con conocimientos previos también pueden hacer parte de este espacio que es totalmente personalizado y brinda muchas herramientas para aprender o reforzar esta técnica artística.
Esta formación cuenta con modalidad para adultos y para niños; y es orientada por maestros con gran experiencia en el área del dibujo, la pintura y otras disciplinas artísticas, que además se han desempeñado como curadores del museo.
A lo largo de estos años, varias personas han llevado a cabo procesos interesantes, producto de los cuales han encontrado en el arte una opción de hobbie, otros incluso han expuesto sus creaciones y han desarrollado su trabajo como actividad económica.
Retomando, años después
Hace 40 años, Luis Alberto Benjumea cursó tres semestres de Diseño Textil, donde adquirió bases en dibujo técnico y diseño, pero abandonó el tema por completo. Sin embargo, hace año y medio, motivado por el hecho de que su hija estudió Artes Visuales, quiso dar rienda suelta a su amor por la pintura. Por eso, inició su proceso en el taller. “Empezamos con carboncillo en formas humanas y bodegones. Se hace énfasis en volúmenes e iluminaciones. Luego viene el color en acrílico, para pasar al óleo y temas libres. En este momento ya pinto por encargo”, contó Benjumea. Algunos de sus trabajos los lleva para la casa, con el fin de no perder el hilo de lo aprendido en clase. Asimismo, algunos de sus cuadros ya han sido expuestos en Ibagué y Venadillo.
Un nuevo aprendizaje
Norma Lozano se ha desempeñado muchos años en el área del Dibujo Arquitectónico, pero cuenta que las diferencias entre ambos estilos de dibujo son enormes. “La arquitectura es una de mis pasiones, pero mi pasión más grande es la pintura. Tomé unos talleres de expresión y grabado. Eso me acercó más al mundo del arte. Logré hacer unas exposiciones y dije: esto es lo que más me gusta”, explicó. Si bien su labor le permitió tener conocimientos en composición y color, la pintura es más algo “del alma”. “Cuando uno hace una exposición no es la obra la que se muestra, es el artista”, dijo Norma. Desde su experiencia, los profesores son más bien guías, que jamás se refieren a las creaciones de manera peyorativa. La estudiante, quien lleva cinco meses en el taller, agregó que el aprendizaje es constante y que si bien a veces no es tan fácil crear, se siente muy feliz.
Un largo recorrido enseñando
Luis Fernando Bautista, artista plástico y visual de la Universidad del Tolima lleva más de una década como formador en estos talleres. “Para mí es muy gratificante. Año tras año se adquieren herramientas para transmitir lo que el estudiante requiere”. Considera que la metodología libre que emplean los talleres del museo permite mayores exigencias individuales. También destacó que, en su mayoría, las personas que asisten a las clases son mujeres. Bautista coincide con Moreno en que la voluntad, en este caso, sobrepasa al talento.
Procesos satisfactorios
Cristhian Moreno, pintor y músico es uno de los formadores del taller. Cuenta con experiencia previa de cinco años en la enseñanza artística. Llevo dos años en el taller. Ha sido muy interesante que estén dirigidos tanto a personas que nunca hayan cogido un lápiz, como a quienes cuenten con conocimiento en el área”. Moreno afirmó que para lograr pintar, más que talento, se requiere de gusto y disciplina. y agregó: “La metodología que usamos permite que el estudiante se adapte fácilmente a temas como proporción, simplificación o manejo de sombras”. Considera además que es un mito que el pintor requiera de un talento especial, pues cree que es algo más de constancia. De las creaciones del taller se han llevado a cabo dos exposiciones tituladas ‘Materializando ideas’.
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