ANTONIO GUZMÁN OLIVEROS/qhuboibague@gmail.com
Nuestros campesinos siempre tienen algo por contar, historias, tradiciones, relatos, cuentos, mitos, entre otras expresiones orales; y es por ello que Aura Gisela Calderon Santos y Jhonatan Stiven Orjuela Velandia decidieron recopilar estos relatos, primero, en las veredas de donde son oriundos.
Lo que comenzó como un trabajo de grado, pues ambos son estudiantes del programa Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana del Instituto de Educación a Distancia, IDEAD, ahora quieren continuar en el resto del Tolima.
Con su trabajo titulado ‘Voces del Campo’, Aura Gisela, oriunda de Armero- Guayabal y Jhonatan Stiven de Cajamarca, se dieron a la tarea de visitar las veredas de sus pueblos, grabar y transcribir las historias de hombres y mujeres del campo, para, como cuenta Aura Gisella, dignificar la labor y recuperar el legado oral del campesino. Un trabajo de dos años que ya fue sustentado con calificación 4.8, del cual, aparte salió un primer fascículo en el que plasman algunas creaciones literarias, así como videos y fotografías que están alojadas en una página de facebook.
Aura Calderón cuenta que todo inició tras una conversación con el profesor José Sidney Sánchez Vargas, quien aparte de pedirles que se unieran al grupo de investigación Argonautas, les preguntó qué idea tenían para el proyecto del curso de investigación, pensaron en literatura indígena, pero al final convenció la relacionada con la ruralidad.
“Mi compañero y yo hemos vivido en el campo, él en Cajamarca y yo en la vereda San Pedro. Nos dimos cuenta que la literatura rural es la que menos se ha trabajado y así empezamos con ‘Voces del Campo’. Al principio, cada uno en su municipio y luego cambiamos. Les preguntamos a las personas sobre poemas, retahílas, coplas y cuentos que ellos hubiesen creado.
“Al principio, a ellos les parecía insignificante lo que hacíamos, pero les explicamos que eso es una forma de hacer literatura. Es que a veces se cree que como no han estudiado o no saben escribir, no dignifican su labor, pero hay que recuperar el legado por medio de la literatura oral del campesino”, cuenta Calderón Santos.
Con 33 relatos que recogieron de igual cantidad de habitantes rurales, las agruparon en cuatro temáticas, amor y territorio, huellas de la violencia, surcos del olvido (el gobierno sólo se acuerda de ellos en elecciones) y sabiduría en tiempos de pandemia, y empezaron a diseñar lo que sería el trabajo de grado, el cual fue sustentado el pasado 11 de agosto, con resultado meritorio.
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Cuando los dos estudiantes decidieron crear la página en facebook ‘La Mochila Literaria’ y publicar algunos videos y relatos, otros campesinos se motivaron, querían ser filmados y se dieron cuenta de que sus relatos eran tomados en cuenta, muchas personas los veían y gustaban sus creaciones.
“Ya nos pedían que los grabara en videos, notaron la importancia. Esas creaciones son insumos para las escuelas, ya que no se aborda la literatura local sino internacional, hace falta poner cuidado a la región para fortalecer la identidad; los chicos se quieren ir del campo, ya no hay sentido de pertenencia, con esa oralidad se crea identidad”, agregó Aura Gisella.
En cuanto al primer fascículo de Voces del Campo, el cual entregaron al jurado calificador de la sustentación del trabajo de grado, añadieron 13 relatos, cuatro en la temática Amor y Territorio y tres en las otras; allí agregaron retahílas, refranes, coplas, poemas y canciones, acompañados de dibujos de Jhonatan Orjuela.
“Esperamos, y nos recomendaron, abarcar otras veredas, quisieramos extendernos y continuar; sólo esperamos estudiar una maestría, de momento no sabemos cuándo debido a los costos y si podemos matricularnos, ahora esperar graduarnos el otro mes”, contó Aura Gisella.
Un trabajo con mucho sacrificio, como el de aquellos estudiantes que deciden estudiar en modalidad a Distancia debido a que trabajan y quieren cumplir el sueño de ser profesionales.
“En este momento trabajo con el Bienestar y mi amigo con el Dane. El Instituto de Educación a Distancia de la Universidad del Tolima nos ha servido mucho porque nosotros viajamos cada ocho días a estudiar, yo desde la vereda Parroquia en el corregimiento San Pedro de Armero-Guayabal y mi amigo desde Cajamarca”, añadió Calderón Santos.
Finalmente la estudiante dijo “Siempre me ha gustado la literatura, los libros son la manera de encarnar a otros, me siento reflejada en otros, siento empatía porque uno lee y ve realidades distintas y parecidas”.
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