Norma Bejarano. Psicóloga – Sexóloga. Instagram @normasexologia020
El pasado 13 de abril se conmemoró el Día Internacional del Beso. El festejo en honor al osculum, el basium o el suavium, dependiendo de las motivaciones, se da gracias a que una pareja Tailandesa rompió el record del beso más largo uniendo sus labios durante casi 47 horas. Posteriormente y superándose a sí misma, con uno de 58 horas.
Sin dudarlo un segundo el beso (de pasión) es una de las expresiones más interesantes del erotismo. Las aventuras orales pueden practicarse de variadas formas: chupar, lamer, succionar, morder; podemos besar en los labios o en la parte del cuerpo que nos apetezca. De hecho en el Kama-sutra, el autor sugiere no escatimar en frente, ojos, mejillas, cuello, pecho, senos, cavidad bucal, brazos y entrepierna ni con los distintos grados de placer e intensidad para hacer más duradero el encuentro sexual y la relación de pareja.
¿Besos olvidados? Recupérelos.
¿Besa a su pareja? o mejor, ¿hace cuánto que no la besa?, ¿le apetece besarla? Lo indago porque en las parejas de recorrido, el beso robusto y provocador por una u otra razón deja de existir. En nuestra cultura las parejas subestiman el beso. Lo consideran participe solo dentro de ciertos escenarios y momentos de la relación pero luego lo dejan de lado. Algunas, si acaso, los desempolvan previo a la interacción sexual. Así que para gozar al máximo y devolverse esos besos golosos y atrasados, recupérenlos por buenas causas.
Consideraciones sobre el beso:
-El beso en la pareja es imperativo. Es el fuego para el imaginario, la pasión y para el deseo no solo sexual sino para el antojo total. Las parejas que “diagnosticamos” como “eróticamente aburridas”, poco se besan.
-El beso en la pareja facilita el apego, fortalece los lazos de unión. Es un buen pegamento para consolidarse en la intimidad. El beso per se es una unión sexual.
-El beso es erotismo puro. Activa todos los sentidos, gusto, olfato, vista, tacto, oído. Además, cuando besamos y nos gusta nos queda un devenir.
-Besarse reduce el estrés y la ansiedad que conlleva el aspecto convivencial. Un beso desarma; dicen los estudios de neurociencia que el beso profundo y sincero disminuye los pensamientos negativos y el enojo.
-Al besar honestamente liberamos endorfinas (hormonas de relajación), oxitocina (hormona del amor), dopamina (hormona del placer, el deseo, la alegría) y otras inas que dejan grandes bondades al organismo.
-El beso tuvo un origen que era alimentar a las crías. Es decir, la madre bonobo masticaba su comida y luego la pasaba a la boca de su hijo. Pero eso de “dar de comer” no se ha perdido. Metafóricamente el beso es alimento, al besar nutrimos deseo, amor, pasión y afectos.
-Los labios representan un punto erógeno importante. Mediante el beso de enamorados simbólicamente e imaginariamente estamos llevando a cabo un encuentro genital. Los labios, la lengua, la cavidad bucal, la humedad, la suavidad simulan los genitales.
-Besamos según nuestros intereses y tipos de relaciones humanas, por lo tanto hay besos de afecto, de pasión, de respeto, de emoción, de reconciliación, de compasión, de cortesía, etc. así las cosas el beso se presenta desde manera sutil, fina y tenue, hasta eufóricamente erótica.
PARA RESUMIR…
Besar con hambre atrasada es besar con todos los pendientes. Entre más espera el cerebro un beso, este se hace más intenso e interesante. Hay diversas clases de besos para dar y combinar. Y para seguir celebrando, venga ese beso francés o profundo con combate de lenguas y demás. (Eso sí, si la pareja es confiable, no vaya y sea).