LAURA MARTÍNEZ. Si para los trabajadores informales colombianos la situación económica ha sido difícil de sostener en medio de la emergencia sanitaria, para los venezolanos radicados en Ibagué el panorama no es distinto. Después de conseguir un trabajo estable en ‘La Musical’ y perderlo por cuenta del covid – 19, algunos volvieron a rebuscarse su sustento en la calle para no dejarse ganar de la crisis.
Viaje sin retorno
Mario Montenegro partió de su país de origen hace más de dos años en busca de nuevas oportunidades y huyendo de la difícil situación que puso en ‘jaque’ a los venezolanos. Después de retirarse de la Policía y trabajar en una empresa de producción de alimentos, emprendió camino hacia Perú, donde se desempeñó como montacarguista, lavador de carros entre otras funciones. Sin embargo, resolvió trasladarse a Colombia para reencontrarse con su esposa, quien también emigró de Venezuela. “El 22 de agosto cumplimos un año de estar en Ibagué y gracias a Dios la gente nos ha tratado muy bien. Tuve la fortuna de conseguir trabajo como jardinero en una casa grande, pero debido a la pandemia me dijeron que no podían contratarme más, así que duré encerrado y sin empleo por más de dos meses, viviendo de la caridad de los vecinos que nos tendieron la mano. Ahora, decidí limpiar carros en los semáforos porque tengo que darle a lo que sea para sobrevivir”, comentó Mario, quien es padre de un menor de dos años, al que cuida en las tardes cuando su esposa se va a trabajar.
Se la ‘guerrean’
El hombre, sale todos los días de su vivienda ubicada en el barrio Belén y con sus implementos de aseo para carros se instala en los semáforos con la ilusión de completar los 300 mil pesos del arriendo, lo de los servicios, la comida y cualquier dinero extra con el cual pueda apoyar a la familia que se quedó en el país vecino. “Ella entra a las dos de la tarde a trabajar en un puesto de arepas y así es que nos hemos dividido los gastos. La vida da muchas vueltas y hemos tenido que aprender a vivir con esa lección. Ponernos la armadura para salir adelante en medio de tanta dificultad porque hasta el sol de hoy no hay ni rastro de volver a casa, así que debemos mantenernos firmes y luchando”, concluyó el venezolano.
Sueñan con regresar
Génesis Mendoza es otra venezolana que está pasando por las ‘duras’ en territorio ibaguereño. Su arribo a ‘La Musical’ se produjo hace meses, luego de que una persona le dijera que aquí se podía conseguir trabajo. Fue entonces, cuando la mujer emprendió camino junto a su esposo, una hermana y su pequeña hija de cinco años, quien tiene una condición especial. “Aquí no hemos podido conseguir trabajo y nos ha tocado vender dulces en los semáforos y pedir para sobrevivir. Pagamos arriendo en el barrio Calarcá, pero la situación es dura y con la pandemia se puso peor. Quiero regresarme porque aquí no se consigue trabajo”, señaló la mujer, quien está preocupada porque la niña tiene un trastorno en su sueño, pero no ha podido acceder al servicio médico para que la vea un neurólogo.
Viaje
A comienzo de julio salió de Ibagué un autobús con 21 inmigrantes venezolanos que retornaron al vecino país. Cinco mujeres, 11 hombres y cinco menores de edad, volvieron a su tierra de origen gracias a una gestión de Migración Colombia, la Defensoría del Pueblo. Personería y la Policía Metropolitana.