ICONONZO. Nueve días pasaron de la muerte de una mujer con su hijo en condición de discapacidad al ser arrastrados por la corriente de la quebrada La Lajas, en Icononzo para que su cuerpo apareciera. Cabe recordar que el martes el cadáver del menor de edad fue encontrado y sólo hasta ayer hallaron a su mamá.
Historia. Las esperanzas de encontrar a Claudia Aristizábal González, de 33 años de edad, no se ‘apagaron’ nunca, pese a que primero fueron recuperados los restos mortales de Sebastián Orozco Aristizábal, su hijo.
Habían pasado nueve días y los organismos de socorro y familiares continuaban con los operativos de búsqueda, pero este domingo trajo el hallazgo de la femenina en estado de descomposición a cuatro kilómetros de donde sucedió la tragedia.
Una vez la Defensa Civil, Cruz Roja y Bomberos conocieron la ubicación del cadáver iniciaron las labores de la extracción de este que estaba en el sector ‘Chaparro Bajo’ en medio de rocas, lo que hizo un poco compleja la labor de los socorristas. Allí las autoridades competentes hicieron el levantamiento y Aristizábal González fue llevada a la morgue para la respectiva necropsia.
¿Qué pasó ese día? Un paseo durante el Sábado Santo se convirtió en la peor tragedia para la familia Orozco Aristizábal; ese día varios parientes salieron de la finca donde labora el esposo de Claudia en Pandi, Cundimarca que limita con la vereda Chaparro, de Icononzo, iban a darse un ‘chapuzón’, pero en medio del baño sobre las 5:00 p.m. la quebrada Las Lajas se creció de un momento a otro, y el afluente se llevó a su paso a madre e hijo y otras dos menores de edad. Las pequeñas lograron salvarse gracias a una hermana de la desaparecida, sin embargo Claudia y ‘Sebas’, quien tenía una condición de discapacidad no contaron con la misma suerte.
‘Sebas’ apareció tres días después a un kilómetro de donde los arrastró el afluente turbio que traía una palizada, su cuerpo fue trasladado hasta Medicina Legal de Ibagué, donde establecieron su plena identidad.
Sobre ellos. Claudia y Sebastián , eran oriundos de Pensilvania, Caldas pero vivían en el barrio Britalia de Kennedy en Bogotá. Los fines de semana solían viajar hasta la finca en la vereda El Santuario, de Pandi, Cundinamarca a 10 minutos de la quebrada Las Lajas. ‘Sebas’ era hincha del equipo de la República, Millonarios y le gustaba el fútbol.
