Amigas y activistas de la comunidad Lgbti en Ibagué están preocupadas porque no han podido reclamar el cuerpo de la joven venezolana transgénero Hillary, cuyo nombre de pila era Robert Johan Mendoza Pérez, quien falleció luego de realizarse un procedimiento estético en sus glúteos.
Sus amigas, que son como su segunda familia en Colombia, esperaban ayer a afuera de la sede del Instituto de Medicina Legal en Ibagué para reclamar su cuerpo y poder darle el último adiós.
Muchos trámites
Ginna Suárez, una amiga de Hillary, le dijo a Q’HUBO que son muchos los trámites que hay que efectuar para poder reclamar el cuerpo de la joven.
“Son un poco de trámites, primero pidieron que la pareja, luego un familiar y llegó una autorización hecha en una Notaría. La van a enterrar sabiendo que ella tiene familiares. Es mucha demora”, afirmó Ginna.
La amiga con molestia agregó que: si “es que nos quieren robar el cuerpo para pasarlo por Covid-19, pues ya hasta vino un familiar de Bogotá y no se la quieren entregar”.
El familiar que viajó desde la capital colombiana es una prima. Informaron que ya consiguieron los documentos de los parientes en Venezuela como fotocopias de las cédulas de los progenitores de Hillary, pero nada que les entregan el cuerpo.
Q’HUBO conoció que antes de entregar el cuerpo de un extranjero que haya muerto en Colombia, se debe esperar a que el Consulado de Venezuela en Bogotá entregue la plena identificación de la persona fallecida. En el caso de Hillary, sus dolientes en el país decidirán si la trasladan a su natal Venezuela o la sepultan en Ibagué.
El fatal procedimiento
La joven trans que hace poco había cumplido 20 años estaba en Ibagué pasando la cuarentena. Ella le había contado a sus amigas el 29 de junio que se había sometido a un procedimiento estético en sus glúteos. Al parecer le aplicaron silicona, pero no reveló dónde ni quién lo hizo. La joven, que soñaba con tener un cuerpo curvilíneo, empezó a sentir dolores en la espalda, luego malestar en todo su cuerpo, vómito, fiebre y mareos que no se calmaron con ningún medicamento.
Así permaneció una semana hasta el pasado domingo 5 de julio, cuando los síntomas empeoraron y fue llevada por sus amigas en un taxi hasta el Hospital Federico Lleras Acosta, a donde llegó sin signos vitales.