En el barrio Picaleñita parte alta, Maria Leonor Caraballo vive con la zozobra de que su casa algún día ceda por la humedad causada por una alcantarilla, la cual genera un riesgo constante para los cinco habitantes de la vivienda ubicada en la carrera 44 sur, número 128 – 44. La estructura tiene grietas y fallas en sus cimientos.
Según la mujer, que debe aguantar los malos olores, “nosotros llamamos a los del Ibal, hemos puesto tutela pero nadie ha hecho caso a esto. Llevo 33 años en este problema y han hecho caso omiso. El 1 de mayo colapsó el alcantarillado y se inundaron varias casas, se llamó a la empresa de acueducto y nada. Necesitamos que nos colaboren”.
Recordó la afectada que incluso cuando el exalcalde Jaramillo estuvo en una reunión en el sector, los servidores de la entidad se metieron a la alcantarilla sin importar que estaba colmatada (cubierta de sedimentos).
