IBAGUÉ. En audiencia ante el Juez Quinto Penal del Circuito, Andrés Castro Zabala aceptó cargos por vía preacuerdo con la Fiscalía por los delitos de hurto calificado y agravado y tentativa de homicidio.
Por tal razón y sin oposición de las partes del proceso judicial, el administrador de justicia lo condenó a pasar ocho años y nueve meses de prisión, con el atenuante de degradar su conducta de autor a cómplice.
El togado le negó cualquier beneficio, como la detención domiciliaria o la suspensión condicional de la ejecución de la pena.
Hechos. El pasado 10 de julio en la calle 44 con carrera Quinta, frente al banco AV Villas, Castro Zabala hurtó los espejos retrovisores completos de un vehículo Mercedes Benz, que estaba estacionado en una bahía.
El sujeto retiró los elementos que estaban avaluados en dos millones 350 mil pesos, cuando fue sorprendido por su propietario.
Un sobrino de la víctima, Carlos Felipe Laguado Buitrago, estudiante de medicina, quien corrió tras el ladrón para recuperar los espejos, recibió una herida en el pecho con un arma blanca.
El joven fue llevado al Hospital Federico Lleras Acosta, donde fue atendido por médicos quienes determinaron que tenía una perforación en el hipocondrio izquierdo o lado izquierdo superior del abdomen, herida producida por arma blanca, por lo que debió ser intervenido quirúrgicamente.
Según la historia clínica, de no llegar a tiempo a un centro asistencial, habría perdido la vida.
Casi lo linchan. Castro Zabala llegó hasta la glorieta de Piedra Pintada, donde fue alcanzado por taxistas y motociclistas.
En el lugar tres personas lo golpearon con puños y patadas mientras los testigos animaban con gritos de que debían pergarle por ‘rata’.
La golpiza y la posterior captura por parte de uniformados de la Policía Metropolitana quedó registrado en video.
En ese momento el detenido fue llevado a un centro asistencial, donde le brindaron los primeros auxilios por los traumas.