IBAGUÉ. Jonathan Díaz González, conocido como ‘Pikoro’, dejó huella en el cuerpo de cientos de personas a las que tatuó.
Y es que el joven llevaba más de 10 años desempeñando su profesión.
Su arte era tal, que personas de diferentes ciudades del País lo contactaban y viajaban hasta Ibagué para que les hiciera un dibujo en la piel.
También organizaba jornadas fueras de la Ciudad.
En ‘La Chicha’. Ayer a las 7:30 de la mañana el rumor de que habían matado a ‘Pikoro’ se regó por el barrio Chicó, Salado, y era verdad.
“Corrimos hacia la cancha y desde ahí se veía el cuerpo. La cabeza estaba metida en la quebrada La Chicha y el tronco en la orilla. Los que estaban más cerca dijeron que tenía unas cinco puñaladas en la espalda y cintura”, le contó a Q´HUBO una de las vecinas quien reservó su nombre.
“Unas personas dijeron que hacia las 6:00 de la mañana lo vieron sentado con dos hombres en las piedras, (cerca a la quebrada)”, dijo otro vecino.
Una llamada. Según un familiar, él estaba durmiendo en su casa cuando a las 5:00 de la mañana recibió una llamada, “al parecer, de un cliente porque empacó su equipo de trabajo en un maletín y salió”. Dos horas después les avisaron que estaba muerto.
De acuerdo al testimonio de amigos y conocidos, ‘Pikoro’ era una persona alegre e irreverente que no se ‘metía’ con nadie.
Era nativo del barrio, allí vivía con su padre y una tía.
El muchacho dejó dos hijas: Una de cuatro años de edad y otra de siete.
Dolor.“Hoy te marchaste dejando huellas inolvidables en todo lado. Huellas de tristezas, alegrías y sobre todo de enseñanzas. Hoy y siempre te recordaremos porque llevamos el recuerdo marcado en nuestro cuerpo y sobre todo en el corazón. Dios dale valor y fortaleza a su familia que hoy entre lágrimas lloran tu partida”, escribió una de sus amigas en el muro de Facebook tras conocer la noticia.