IBAGUÉ. “Fue una muerte etílica”, manifestó ayer Wilson Sánchez, de 27 años de edad, sobre el deceso de su papá, Rubén Darío Sánchez, de oficio reciclador y quien fuera encontrado ayer sin signos vitales en la habitación donde residía, ubicada en la carrera Novena con calle 39 del barrio Restrepo, Comuna Cuatro de la capital tolimense.
El hallazgo ocurrió a eso de las 5:30 de la madrugada. Su hijo refirió que el difunto, de 48 años de edad, había adquirido el hábito de ingerir alcohol antiséptico desde hacía un año aproximadamente: “Le gustaba tomar a diario pero no sufría de ninguna enfermedad. Él compraba su alcohol y se lo tomaba acá mismo”, añadió Sánchez, quien era el único hijo.
El joven, con base en la triste experiencia ocurrida con su padre, hizo un llamado a la comunidad para que tome conciencia frente al consumo de este tipo de licor: “Uno busca lo más fácil para disfrutar y buscar satisfacción pero lo que se hace es destruirse uno mismo; matarse”, puntualizó Wilson.
