Construcción de muro afecta a vendedores y taxistas afuera de la Clínica Avidanti

Hasta este punto hicieron mover a los vendedores y taxistas, atrás se observa la polisombra porque al parecer también piensan construir el muro. Foto: Hélmer Parra/El Nuevo Día/Q’hubo.

La construcción de un muro frente a la entrada de la Clínica Avidanti, en el sector Calambeo, tiene en jaque a los vendedores que trabajan en el lugar desde hace años, así como a los taxistas que llegan a prestar su servicio. 

Con una acción judicial que cursa ante el Juzgado 14 Penal Municipal, buscan que a los vendedores informales se les reconozcan el derecho al trabajo, al mínimo vital y la confianza legítima. 

En la acción de tutela se vinculó a la Clínica Avidanti; a Héctor Zambrano, quien se denomina dueño del predio donde se construye el muro, y a la Inspección de Policía que ha conocido el caso. 

En el lugar cada vez les han ido reduciendo el área de trabajo de estos trabajadores, quienes prestan un servicio fundamental a los visitantes de la clínica, la cual está alejada del Centro. Asimismo, en el sector el servicio de buseta es precario.

Llama la atención que en el lugar donde está el encerramiento con una polisombra y donde se construiría el muro, no está la valla en la cual se indica el tipo de obra, ni el permiso diligenciado ante la curaduría urbana. 

Una de las afectadas

Q’HUBO estuvo en el sitio y habló con Sandra Liliana Beltrán, una de las trabajadoras afectadas por los encerramientos. Desde hace cinco años, llega de lunes a sábado en su carro y ofrece comida, tinto, productos de paquete, elementos de primera necesidad como pañales, jabón, entre otros, a precios justos. Contó que desde hace dos años le paga a la Gestora Urbana su derecho a utilizar este espacio pues de su trabajo dependen su mamá y hermana que laboran con ella, su papá, su esposo y dos hijos.

“Nosotros le estamos pagando a la Gestora Urbana desde hace dos años el impuesto, tengo Cámara de Comercio desde hace más de 12 años, y estoy trabajando con los carnés de manipulación de alimentos”, dijo.  

Añadió que “el doctor Héctor Zambrano hizo el encierro porque piensa colocar el parqueadero privado y según las palabras de él, va a colocar 10 casetas y nos va a poner a pagar arriendo. Nosotros dijimos que claro, que estamos pendientes de pagar arriendo a la Gestora Urbana y le podemos pagar a usted. Pero no podemos pagar un arriendo costoso, nosotros vendemos tinto, vivimos del día a día, si es un arriendo justo, claro que se le puede pagar. Que nos quiere organizar, perfecto que nos organice, pero que nos deje trabajar”, afirmó. 

Servicio público

La ruta de buseta que presta el servicio por Calambeo pasa con poca frecuencia y los usuarios de la clínica se ven obligados a usar el servicio que ofrecen los taxis que se estacionan en el lugar. Los conductores también son afectados con la actual obra porque les queda un carril muy angosto para esperar a sus clientes. 

Sin sellamiento

El pasado 17 de marzo, el columnista Guillermo Hinestroza en su columna en el periódico El Nuevo Día señaló que había estado en el sitio sorprendido por la obra y escribió: “Nada que hacer. Tomé unas fotos con el celular y las envié a un alto funcionario de la Alcaldía. Me respondió que la Secretaría de Gobierno había ordenado una visita.

En otro mensaje agregó que el Inspector No 2 había sellado la obra. Recorrí de arriba abajo la ocupación y no vi ningún sello. Los obreros construían sobre lo que sería una zona de cesión y espacio público de la ciudad. ¿O será que estoy desinformado y renunciamos a la Avenida 19?”.

Noticias Recientes

Suscríbete

Recibe contenido diario con nuestra suscripción mensual.

Danos tu opinión