Corría diciembre de 1994 en San Francisco, cuando la médica – pediatra Joycelyn Elders, declaraba ante Naciones Unidas, que la masturbación y el descubrimiento sexual a nivel personal era algo propio de la sexualidad humana que quizá debería ser enseñado.
Por supuesto el comentario tan “obsceno” para ciertos pacatos del momento no cayó nada bien destituyendo a la médica de su cargo como máxima autoridad en cuestiones de salud del gobierno Clinton. Posteriormente en mayo de 1995 y como homenaje a la sensata mujer, una empresa de juguetes eróticos designó mayo como mes de la masturbación en USA. En principio el asunto era nacional, pero con los años y debido a la divulgación e importancia en la educación sexual, se ha internacionalizado.
Darnos placer a nosotras mismas tiene sus ventajas.
Pues bien, no es asunto de proselitismo, pero realmente la conducta autoerótica en general, y en el caso de las mujeres, es una buena manera de autoconocimiento, una de las formas más provechosas y placenteras para el encuentro con una vida sexual de calidad.
Muchas mujeres viven avergonzadas de su cuerpo, se pierden en temas de placer, en la función de su respuesta sexual; no saben cómo reaccionan sus genitales ante la excitación, se amargan por no tener con quien cuando el deseo las abochorna, temen pedir con conocimiento de causa lo que les gusta, y más.
Aunque no lo crean el autoservicio tiene patrocinadores científicos que investigan las ventajas de echarse mano en la salud física, mental y sexual. Lejos de los tabús que aún nos rondan, el autoplacer es indispensable para aprender a conocernos, amarnos y para compartir luego en pareja de manera saludable y satisfactoria. La masturbación es una relación sexual pero a nivel personal. Es un ejercicio en sí, una erótica entre tantas.
Mastúrbese si:
– Si desea tener un buen encuentro en pareja. No hay que conformarse con lo que el otro ofrece, si puede llevarlo por el buen camino, el que conoce y le gusta, será mucho más placentero y despojará de mucha responsabilidad a la pareja de tener que hacerlo todo.
– Si quiere tener el control de su placer: El autoconocimiento permite tener el control (que no es controlar) y saber que gusta y que no a la hora del sexo.
– Si no le apetece el sexo en pareja. A veces es necesario un espacio íntimo para fantasear y relajar. No siempre querrá tener a alguien ahí “encima” o, tal vez le guste el sexo seguro y para eso cuenta con una buena mano (o un juguete erótico).
– Si le interesa estar al día en salud. Varios estudios acreditan que las mujeres que se masturban tienen mejor salud genital y más conciencia de la salud sexual. Además si la práctica se da, como dios Eros manda, se liberan endorfinas y otras sustancias que permiten conciliar el sueño, gestionar la ansiedad, liberar tensiones, calmar los cólicos menstruales, etc.
– Si siente curiosidad por saber cómo son sus orgasmos, si aún cree que no los ha experimentado porque la pareja no es muy hábil para el ‘aquello’. Pues dejen de echarle la culpa y aprendan a tener uno; masturbarse es el mejor camino para orgasmar al ir explorando y descubriendo las áreas implicadas en el proceso.
– Si desea desear más. Mientras nos autoerotizamos, nos damos placer, nos masturbamos, vamos potenciando el imaginario erótico, inyectando nutrientes al deseo para que gane peso.
“Masturbémonos porque sí, que no es un exabrupto ni un sustituto sino un gran remedio”
Norma Bejarano.
Norma Bejarano.
Psicóloga – Sexóloga. Instagram @normasexologia020