IBAGUÉ. En el antiguo Japón, los hombres de condición económica humilde que contaban con conocimientos de artes marciales y, sobre todo, sagacidad tanto corporal como mental para escabullirse en medio de cualquier entorno, por más obstáculos que tuviera, se terminaban convirtiendo en ninjas, entrenados en formas no ortodoxas con el objetivo de desestabilizar al enemigo con espionaje, reconocimiento y sabotaje. Además, algunos eran unos temibles asesinos silenciosos.
En la actualidad, dichas facultades aún son usadas por algunas personas inescrupulosas para causar el mal, pero también existen quienes las aprovechan para explorar nuevas sensaciones, llevando sus cuerpos a un nivel de exigencia que supera lo normal.
Este es el caso de los integrantes del grupo denominado ‘Street Lions’, quienes desde hace un par de años practican en Ibagué el ‘Parkour’, una disciplina que consiste en desplazarse por cualquier lugar, ya sea urbano o natural, de una manera eficiente, fuerte, rápida y estética.
Para ello, estos jóvenes, que cuentan con edades que oscilan entre los 14 y 20 años, se valen de saltos, carreras y equilibrios, asimilándose a auténticos animales, para no detenerse ante ningún objeto que obstruya el camino que han definido recorrer. Por tal motivo se hacen llamar ‘Traceurs’, término francés que significa ‘trazadores’.
En la ‘Ciudad Musical’ es común verlos en sitios como los parques de Belén y ‘La Música’, el Museo de Arte del Tolima y El Centenario, lugares que debido a sus estructuras, las cuales cuentan con escaleras, bancas, tuberías, muros y césped, se prestan para que puedan llevar a cabo todas sus acrobacias.
Lo que no es usual es el entendimiento y aceptación de la ciudadanía por esta actividad física, que cuenta con un ‘plus’ de peligro sobre las demás existentes, toda vez que existe un amplio desconocimiento de todo lo que enmarca el ‘Parkour’.
Por tal motivo Manuel, César, Andrés y William, cuatro de los ‘Street Lions’, contarán desde su perspectiva lo que para ellos significa esta novedosa tendencia, la cual los ha convertido, sin conocer ningún sistema de lucha, en los ‘Ninjas Urbanos’ de Ibagué.
EL CREADOR
En la pequeña población de Lisses, Francia, David Belle fue el encargado de crear el ‘Parkour’ cuando tenía tan sólo 15 años de edad (actualmente tiene 38). Lo que para él empezó como un juego, terminó convirtiéndose en toda una disciplina, inspirada por su padre, quien fue un reconocido militar.
Belle fue influenciado por su papá para que se ejercitara con el denominado ‘Método Natural’ o ‘Hébertism’, desarrollado en 1900 por el oficial de marina ‘galo’, Georges Hébert.
Esta es una forma de entrenamiento que se basa en las tribus indígenas de África, donde utilizan el cuerpo humano de la manera más eficiente para correr, trepar, saltar o esquivar cualquier obstáculo.
David, quien gracias a estas cualidades ha llegado hasta Hollywood (protagonizó la película Distrito 13), describe al ‘Parkour’ como “una forma de librar las barreras encontradas en el camino decidiendo tu propia ruta, combinando velocidad, fluidez, estética y originalidad”.
PROMOTOR LOCAL
Aunque no es exactamente quien empezó la práctica del ‘Parkour’ en Ibagué, Manuel Alejandro Cifuentes Contreras se ha encargado de promoverlo y masificarlo con el grupo ‘Street Lions’, a través de redes sociales como Facebook y Youtube, herramientas virtuales que le sirvieron para conocer esta nueva tendencia, debido a que era un joven sedentario que lo único que hacía además de estudiar, era estar sentado en su computadora:
“Gracias a un amigo que es aficionado a las actividades extremas, me enteré de la existencia del ‘Parkour’. Un día lo vi entrenando, y me llamó mucho la atención. Eso sí, cuando intenté seguirlo fue duro, pues yo no sabía nada. No podía ni siquiera pararme de manos”, indicó.
Y agregó: “Aunque físicamente no me sentía apto, al ver unos videos en Internet me motivé y empecé a entrenar, porque quería salir del encierro de mi cuarto y hacer algo novedoso, sobre todo al aire libre. Poco a poco, con mucho esfuerzo y sacrificio, sintiendo correr la adrenalina por mi cuerpo, logré ejecutar mis primeros trucos y luego convertirme en un buen ‘Traceur’ (trazador)”.
Luego de tres años de continuo entrenamiento, el ‘Parkour’ le abrió las puertas de la gimnasia artística a este ibaguereño de 20 años de edad, quien actualmente cursa quinto semestre de negocios internacionales en la Universidad del Tolima, y aspira representar al Tolima en los próximos Juegos Deportivos Nacionales.
ACROBACIAS ARTÍSTICAS
Antes de practicar el ‘Parkour’, Diego Alejandro Valderrama era un aficionado de tiempo completo al ‘Break Dance’, el popular baile acrobático que fue un ‘boom’ en los años 80.
Esto facilitó su entrada al selecto grupo de los ‘Street Lions’, en el cual se ha sentido como en ‘familia’, toda vez que “a pesar de que uno caiga, nadie se va a burlar o te va a reprochar. Todo lo contrario, se reciben palabras de aliento y ánimo para continuar luchando y superar los obstáculos”, indicó este joven de 17 años de edad.
Dicha fuerza, que no logra ser superada por los golpes o las lesiones que dejan un mal movimiento o una falla en el cálculo de tiempo y espacio, es la que lo ha impulsado a ser un digno representante de esta disciplina, con la cual espera, tal vez no directamente, mejorar su condición de vida.
“Gracias al ‘Parkour’ pude ingresar a la Liga de Gimnasia del Tolima, y entrenar con el profesor Cristian Álvarez en la modalidad artística. Allí, a pesar de lo duro que me toca por cuestiones económicas, pretendo muy pronto ganarme una medalla de oro en un torneo nacional, para poder recibir a través de la Ley del Deporte una beca universitaria”, puntualizó Diego.
PRÁCTICA ‘CAMELLOSA’
Para César Oswaldo Pereira, la práctica del ‘Parkour’ no ha sido nada fácil, no por lo complicado que es ejecutar de manera perfecta una acrobacia, o porque los mantienen sacando de los lugares donde entrenan, debido a que son considerados vagos y desocupados, sino porque debe trabajar para poder regresar a la universidad.
No obstante, afirma que: “Esta es una disciplina muy emocionante que permite tener una fortaleza tanto mental como física, y del alma, situación por la cual me las ingenio para no abandonarla. Por ejemplo, cuando debo ir a camellar a municipios, siempre saco un tiempo para salir a las calles y hacer lo que más me gusta”.
Pensando a futuro, César no se ve sobreviviendo de esta nueva tendencia extrema, ya que sus prioridades son continuar con sus estudios de educación superior y trabajar, pero afirma que no dejará el ‘Parkour’, porque para él es su “deporte”.
“Con esta actividad uno no solo ejercita el cuerpo, sino también el cerebro. Esto no es de salir corriendo y saltar porque sí. Aquí se debe tener una concentración y disciplina para poder desarrollar las figuras de una manera coordinada, y sobre todo estética, que sea atractiva para la vista”, concluyó.
ESTAMPANDO SU SELLO
Cuando conoció el ‘Parkour’ mientras estudiaba en el colegio Inem, William Alexánder Torres pensaba que era una “tontada”, debido a que “veía a mis amigos pegándose unos golpes muy bobos por ponerse a hacer un poco de piruetas que me parecían raras”, recordó.
Sin embargo, cuando se atrevió a practicarlo, “el concepto que tenía cambió considerablemente, sobre todo cuando realicé con éxito mi primera jugada con alto grado de dificultad. Haber sentido la adrenalina al máximo fue una sensación indescriptible”, afirmó este ‘pelao’ de 17 años, quien de lunes a viernes trabaja en una microempresa de estampados, y los fines de semana está validando el bachillerato.
Y agregó: “A pesar de que la gente piense que todos los saltos y las escaladas son con el propósito de hacer vandalismo, no dejaré de hacer ‘Parkour’, pues es una disciplina que nos convierte en únicos, ya que es poco conocida. Además, lo hacemos con la intención de alejarnos de cosas que en verdad son negativas como las drogas y la delincuencia. Lo nuestro es algo natural y sano”, concluyó el muchacho.
CONCEPTO PSICOLÓGICO
“Quienes practican esta disciplina están guiados a hacerlo no tanto por el riesgo, sino por la emoción. Ellos son capaces de analizar los pro y contra de ejecutar sus maniobras, pero se enfatizan en las sensaciones gratificantes que tendrán al terminar bien un salto, a pesar de que corren el peligro de sufrir un accidente”, indicó la psicóloga Mónica López Navarro, al respecto de los seguidores del ‘Parkour’.
Y agregó: “La mayoría de los muchachos que hacen esto en Ibagué acaban de superar la etapa de la adolescencia. Fue allí cuando se interesaron por todas estas acciones extremas, debido a que sabían que estaban en una fase en la que sus cuerpos pasan por un proceso que los hace un poco fuertes, por eso el temor a una caída no estaba en sus mentes. Ahora con el tiempo ya se amoldaron, y posiblemente más adelante dejarán de hacerlo, o entrenarán esporádicamente, recordando lo bien que se sintieron cuando estaban más jóvenes”, puntualizó.
RONAL RENGIFO ÁLVAREZ