En el Día de la Mujer, rendimos homenaje a las tolimenses con buenas historias

Como parte de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Q’HUBO rinde un homenaje al género femenino, a través de las historias de un grupo de profesionales talentosas y luchadoras, que se han destacado en diversos ámbitos, representando el carácter emprendedor y valiente de las mujeres nacidas o adoptadas por la ‘Tierra Firme’. 

Resaltamos sus perfiles y carreras prominentes, para dejar constancia de que en Ibagué y el Tolima, las mujeres son un pilar fundamental, quienes desde sus diferentes saberes y habilidades, han contribuido al bienestar y desarrollo de la región, poniendo lo mejor de cada una, al servicio de la sociedad. 

Instituciones en áreas como la salud, las Fuerzas Militares, la educación, las artes, los deportes, los medios de comunicación y el activismo, se dan el lujo de contar con la labor incansable de estas líderes, destacadas por su talento en cada uno de sus ámbitos.

Marisol Mesa Galicia, comunicadora, docente y radialista.

Marisol Mesa Galicia

Comunicadora social-periodista, egresada de la Universidad de la Sabana, docente de la Universidad del Tolima, y con una trayectoria amplia en el ámbito de la radio comunitaria. Esta ibaguereña fue la impulsora detrás del proyecto radial Tu Radio, emisora que hoy cuenta con dial en F.M. Actualmente, adelanta sus estudios de doctorado en Comunicación en la Universidad de la Sabana.

Respecto a su gran pasión por la radio comunitaria, la profesora explica: “Cuando me formé, me veía escribiendo para un diario nacional; sin embargo cuando regresé a Ibagué y me vinculé con el tema académico, me encontré con las radios comunitarias, empezamos a hacer procesos de formación y encuentros, y me enamoré de esos procesos”. Así mismo, agrega que saber que la primera emisora comunitaria del mundo, Radio Sutatenza, fue colombiana, le hizo comprender que así es como se generan dinámicas en los territorios. 

Para la docente, magíster en Territorio, Conflicto y Cultura de la Universidad del Tolima, la radio ofrece muchas ventajas que no poseen otros medios comunicativos: el lenguaje, la sonoridad, la música, la compañía y el hecho de llegar a lugares muy apartados geográficamente. “Lo comprobé en pandemia. La radio es la compañía ideal. La gente estaba cansada de ver los mismos programas y quería un escape distinto”, afirma Mesa. 

Por otro lado, la radialista indica que ha habido varios momentos desafiantes en su carrera, uno de ellos fue ser catedrática para internos de la cárcel de Picaleña; otro fue llevar a cabo procesos en radio comunitaria en medio del conflicto armado; y el tercero, posicionar la emisora Tu Radio, donde se formaron muchos jóvenes que hoy están en radio o prensa, un proyecto del que ella afirma, se siente muy orgullosa. 

Así mismo, Mesa ha observado que en los medios de comunicación tolimenses hay una fuerte presencia femenina, y que el ideal es que se deconstruyan machismos junto con los hombres; pues es un momento importante en el que las mujeres se han abierto espacio. Para ella, la fortaleza femenina viene en el ADN, que son comprometidas y responsables. “Las tolimenses han tenido que lucharla, por eso es hora de trabajar unidas”, puntualiza. 

Teniente Jéssica Molina, Batallón de Desminado Humanitario.

Teniente Jéssica Alejandra Molina Figueroa

Nacida en Bogotá y criada en Santander, pero adoptada hace un par de años por el Tolima, la teniente Jéssica Molina es una de las pocas mujeres militares que ejercen su carrera en la labor de desminado. Molina es comandante del Pelotón de Equipos de Estudio no Técnico y se desempeña en el Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario número 2 de Chaparral, con más de 400 personas a cargo.

“Fui la primera mujer en Colombia en certificarse en labores de desminado humanitario. Me encargo de comandar las operaciones, tanto en la parte técnica, como en terreno”, explica la teniente, quien además indica que la formación para esta labor es muy estricta, pues la formación es intensiva, y quien reprueba los exámenes, debe comenzar de nuevo, ya que como indica ella misma: “Aquí el primer error es el último”.

Además de coordinar el área técnica y asesorar al personal que va al frente en la labor del desminado; la teniente hace labor en campo, educando a las comunidades en cuanto al riesgo sobre minas en sus territorios, con el fin de evitar víctimas por este tipo de artefactos. “Se ha hecho uso de todos los medios posibles para evitar estos accidentes y así se contribuye a que haya un mejor país. Cuando la comunidad está educada, es más fácil”, asegura la teniente.

Para la militar, el mayor reto que ha afrontado en su carrera es ser consciente del riesgo al que puede estar sujeta cada vez que sale a terreno. También destaca que en su campo jamás ha tenido problemas de desigualdad de género y siente admiración por el hecho de que en el Tolima gran parte del liderazgo en los territorios está en manos de mujeres. “El Departamento cuenta con una gran pluriculturalidad y ha sido gratificante hacer equipo con mujeres líderes. Hemos abierto puertas”, expresa la comandante.

Yohana Milena Garzón, jefe de Enfermería del Hospital Federico Lleras.

Yohana Milena Garzón

Esta profesional de la salud, se describe a sí misma como una mujer alegre, extrovertida, fuerte, sensible, con un sentido de fraternidad grande, vocación de entrega, y para quien su familia lo es todo. Garzón es egresada del programa de Enfermería de la Universidad del Tolima, especialista en Cuidado Intensivo Pediátrico de la Universidad de la Sabana y trabaja en el área de la enfermería desde hace 15 años.

Su amplio recorrido profesional la ha llevado a trabajar en varias instituciones de salud, incluso como catedrática de la Universidad del Tolima; pero hace siete años asumió uno de sus mayores retos, la coordinación de enfermería del Hospital Federico Lleras, que actualmente comprende un grupo de aproximadamente 700 personas. “Afortunadamente, la enfermería ofrece demasiadas herramientas para desenvolverse en diferentes áreas como la investigativa, la educativa o la asistencial”, expresa. 

Para ella el gran desafío ha sido afrontar épocas de crisis del Hospital Federico Lleras, que fue intervenido por Supersalud y que hace algún tiempo estuvo a punto de ir a la quiebra. En cuanto al hecho de pasar mucho tiempo lejos de su familia, debido a los horarios, afirma: “Uno tiene que estar completamente convencido y enamorado de lo que hace, para sobrellevar la carga de las horas. Las personas que ejercemos la enfermería tenemos una vocación de entrega y eso deben entenderlo nuestras familias”.

La jefe de Enfermería de la máxima institución médica del Tolima considera que la presencia de las mujeres en cargos directivos en esa institución es grande, gracias a la vocación, responsabilidad y al cuidado innato que tienen las femeninas, debido al instinto materno y de protección. “Para las mujeres, la enfermería es una catapulta que puede llevar muy lejos; pero falta trabajar como gremio para que por ley se reconozca más a la profesión”, afirma. También hace énfasis en el hecho de que las tolimenses llevan la herencia del guerrero Pijao en la sangre y por eso son tan trabajadoras y se han abierto paso en lo laboral. 

Edna Rocío Vargas, campeona tolimense de Billar.

Edna Rocío Vargas

Nacida en Líbano, esta campeona departamental de Billar Tres Bandas ostenta un nutrido número de campeonatos en el deporte de la carambola. Abogada de profesión, madre de familia y deportista de alto rendimiento, Edna relata que se inició en esa modalidad deportiva, gracias a su padre: “Él era billarista y me sacaba de clases, para irnos a jugar. Me alcahueteaba. Quiso inculcarle el amor por ese deporte a mi hermano, pero nunca le gustó”. 

A pesar de su habilidad, jamás se planteó ser deportista profesional, hasta que en 2002, su novio de la época le sugirió inscribirse en un torneo en el célebre billar Burbujas de la calle 42. Concursó y ganó. Unos meses después, en noviembre de ese año, ya estaba participando en los Juegos Nacionales. “He mantenido el título de campeona departamental y he sido campeona nacional en 2015 y 2018, subcampeona en 2016; he estado en el podio en muchos torneos y hace cinco años me inicié en la carambola tres bandas”, indica.

La tolimense ejerce su carrera como abogada trabajando para Temporales Uno A SAS, como directora de relaciones laborales y jurídicas; así como para la Editorial Aguasclaras, donde es asesora externa. En sus 21 años en el derecho, se ha destacado por su vocación y convicción, razón por la cual siempre ha trabajado de manera independiente; sin que por ello haya interrumpido su trayectoria deportiva, que la ha llevado a países como Argentina, Bolivia, México y España. 

Su mayor reto en lo deportivo ha sido aprender a controlar emociones como la ansiedad, algo en lo que trabaja a diario, entrenando al menos una hora, al tiempo que saca tiempo para ser esposa y madre. Por eso considera que hay una marcada diferencia entre los hombres y las mujeres en su deporte, pues según explica, mientras ellos pueden dedicarse de lleno al billar; a ellas les toca ejercer otras carreras, paralelas a la práctica deportiva. Por otro lado, Edna asegura que la mujer ibaguereña es como la caña de azúcar: “Fuerte, difícil de romper, pero dulce”. 

Lina María Montoya, bailarina y maestra.

Lina María Montoya

Bailarina ibaguereña formada en la Academia Superior de Artes de Bogotá, Asab, de donde egresó como maestra en Artes Escénicas, con énfasis en Danza Contemporánea; Lina María es docente del programa de Danza Típica Colombiana en la Efac. También ostenta el título de magíster en Danza de la Universidad Federal de Bahía, Brasil. Su tesis de maestría alrededor del cuidado del cuerpo ganó un estímulo de Mincultura y aplicó a otra beca de investigación recientemente.

De su proceso investigativo nació una obra llamada ‘Ferimento’, que ganó un estímulo local de la Secretaría de Cultura. Además, Lina trabaja medio tiempo con un proyecto dancístico llamado Ser Cuerpo, creado desde 2015. Respecto al hecho de dedicarse a las artes en Ibagué, indica: “Es complejo porque no hay plataformas muy establecidas, como artistas hay que crear el andamiaje, realizando presentaciones que a veces no ofrecen remuneración. Solo hay un teatro, eso dificulta todo en términos artísticos. En términos laborales hay mucho por hacer, pero con muchas limitantes”.

Su mayor reto ha sido mantenerse activa como artista. Ello implica muchos retos, ha tenido que moverse por muchos frentes y la recesión ha hecho que los espacios se cierren. Además, hay que tener un entrenamiento constante. “Ha sido el gran reto porque hago mi maestría, porque soy mamá. Esa ha sido la resistencia. Decir que se vive del baile es difícil, hay que crear estrategias propias”, afirma. 

Su trabajo además la ha llevado a combinar el folclor que se enseña en la Efac, con la danza contemporánea. Así nacieron montajes como ‘Andarele’, una obra alusiva a la toma de Bojayá; y Agua dulce- ‘Agua salada’, un recorrido por las danzas del Caribe y del Interior del País, alrededor del campesino. Lina asegura que la mujer ibaguereña heredó la fuerza de nuestros ancestros y eso es palpable. Así mismo, considera que las artes han servido para que la mujer pueda alzar la voz y desde allí comunicar un mensaje importante. 

Nydia Zarta y su hija, Sharon Hernández.

Una voz que no ha callado, Nydia Lucía Zarta

Tolimense que salió de Colombia hace 18 años, con rumbo a Finlandia, donde se estableció para darle un mejor futuro a su hija. Actualmente desarrolla su tesis de Ingeniería Civil. Ha criado a sus hijos sola, y a pesar de llevar tanto tiempo radicada en el país nórdico, ama a Colombia y visita a su familia cada vez que puede. “Muchas veces he pensado en regresar, pero pienso en la educación de mis hijos y teniendo el mejor sistema educativo mundial, he decidido quedarme”, confiesa Nydia.

El año pasado, Nydia y su familia vivieron un duro momento cuando Sharon, su hija, fue violentada por el DJ Andrés Matallana en Ibagué; luego de que empezara a convivir con él en su apartamento, tras el inicio de la pandemia que la sorprendió de visita en el país. Después de las brutales agresiones, el Gobierno de Finlandia regresó a Sharon a casa y fue entonces cuando comenzó la batalla de ella y su madre para que se haga justicia.

Nydia, quien se ha pronunciado con firmeza frente a la poca operancia de la justicia colombiana en el caso, pues Matallana sigue libre y no parece haber avances en la investigación, lamenta que haya tantas diferencias entre la cultura colombiana y la finlandesa. “Por la cultura machista los feminicidios son el pan de cada día en Colombia, y no se habla de igualdad de género como acá, donde hay casas para mujeres maltratadas, en las que ellas tienen apoyo judicial, psicólogo, terapista, vivienda y todas las garantías”. 

La última respuesta que recibieron Nydia y Sharon de la Fiscalía 52, fue en noviembre, ratificando que se trataba de lesiones personales dolosas, mas no intento de feminicidio. “Es algo absurdo e ilógico. Ella era su pareja y convivían, intentó lanzarla de un quinto piso”, afirma la tolimense. Por eso, hace un llamado a la Fiscalía a actuar en el caso de Sharon y otros de su tipo. “Miren las pruebas, tomen cartas en el asunto. No me quiero imaginar qué pasará el día en que este señor mate a una mujer”, advierte. 

Aunque siempre se ha caracterizado por la vocación de servicio y ayuda a los demás, actualmente Nydia, quien ha emprendido una lucha por lograr justicia en el caso de Sharon, ha manifestado que desea trabajar con la Red de Mujeres del Tolima. También hace un llamado a las mujeres a denunciar casos de maltrato y a la sociedad a no juzgar. 

DATO

Aunque la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se formalizó por las Naciones Unidas en 1975, sus orígenes se remontan a comienzos del siglo XX. La antesala, según muchos historiadores, fue la marcha de mujeres de Nueva York en 1908, cuando unas 15 mil femeninas se manifestaron para exigir menos horas de trabajo, aumento salarial y derecho a votar. 

TOME NOTA

La Red de Mujeres del Tolima y la Casa de la Mujer Empoderada, inaugurada recientemente, son dos espacios creados en Ibagué con el fin de defender y garantizar los derechos de las mujeres; así como de crear espacios productivos, donde ellas puedan desarrollar sus potenciales.

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